La SD Ibiza sumó su primera victoria de la temporada tras imponerse al Alzira por 1-2 en un partido que tuvo dos mitades muy distintas. Los dirigidos por Raúl Casañ dominaron con claridad el primer periodo, pero el Alzira apretó los dientes tras el descanso y puso contra las cuerdas a los ibicencos. Una vez más, el fútbol demostró ser un deporte impredecible donde la ventaja en el marcador no siempre garantiza tranquilidad en el desarrollo del juego.
El encuentro comenzó con un guion soñado para la SD Ibiza. A los nueve minutos de juego, Xesc Navalón aprovechó una buena jugada para abrir el marcador y adelantar a los suyos. El gol cayó como un jarro de agua fría para el equipo local, que no consiguió reorganizarse lo suficientemente rápido. La SD Ibiza, consciente de la fragilidad del rival, mantuvo la presión y logró ampliar la ventaja en el minuto 20, cuando Bengoechea aprovechó un saque de banda para poner el 0-2. Con ese resultado, el control parecía completamente de los ibicencos, quienes jugaban con solvencia y seguridad.
Sin embargo, el fútbol no siempre sigue los dictados de la lógica. Justo cuando la SD Ibiza acariciaba un posible tercer gol, el Alzira encontró un respiro y empezó a generar peligro. Edu Frías, guardameta del Ibiza, se lució con una intervención decisiva tras un disparo de Piera que pudo haber cambiado el rumbo del partido antes del descanso.
El paso por los vestuarios trajo consigo una versión muy distinta del Alzira. Los locales, urgidos por el marcador, introdujeron tres cambios que revitalizaron su juego. La SD Ibiza, por su parte, empezó a mostrar signos de nerviosismo y dejó de lado el fútbol fluido de la primera parte. En el minuto 51, Sala recortó distancias para el Alzira con un gol que encendió las alarmas en el conjunto visitante. Desde ese momento, el partido se convirtió en una batalla.
Con la SD Ibiza cada vez más replegada, los valencianos se lanzaron en busca del empate. Sala volvió a tener una oportunidad clara para igualar el marcador, pero se encontró con un inspirado Edu Frías, quien evitó el gol con una parada providencial en el minuto 64. A partir de ahí, los ibicencos se aferraron a su ventaja con uñas y dientes, resistiendo el asedio constante del Alzira.
El tramo final del partido fue un auténtico sufrimiento para los de Casañ. El Alzira no dejó de atacar y la defensa ibicenca tuvo que multiplicarse para aguantar los embates del rival. Con cada minuto que pasaba, el cansancio y los nervios se hacían más evidentes en ambos equipos, pero la SD Ibiza supo resistir, mostrándose firme en defensa y confiando en su portero, que se erigió como la figura clave del encuentro.
Al final, el marcador no se movió más y el 1-2 se convirtió en el primer triunfo de la temporada para la SD Ibiza. ¿Es esta victoria el impulso necesario para que los ibicencos levanten cabeza en la competición? A pesar del sufrimiento, el equipo demostró carácter y capacidad para defender un resultado adverso. No obstante, queda claro que necesitarán ajustar su rendimiento si quieren mantener una regularidad a lo largo de la temporada.
Este primer paso, aunque sufrido, puede ser el inicio de una mejor racha. El fútbol, con sus altibajos y su imprevisibilidad, ha vuelto a demostrar que nada está escrito hasta el pitido final.