Hay decisiones que no hacen ruido pero cambian cosas. Esta semana, el Consell Insular d’Eivissa ha firmado un convenio con la Asociación de Deporte Adaptado de Ibiza y Formentera (ADDIF) para apoyar con 33.000 euros el proyecto de deporte adaptado e inclusivo que se desarrollará durante todo 2025. No es un titular de escaparate, pero sí un paso concreto y medido hacia un escenario más justo.
La subvención tiene nombre y destino: garantizar que personas con diversidad funcional puedan practicar deporte en condiciones reales, sin parcheos ni favores. Hablamos de instalaciones, personal técnico, materiales, desplazamientos… Lo que hace falta para que el deporte no sea solo una opción, sino una posibilidad tangible.
El acuerdo no es nuevo en su intención, pero sí firme en su forma. Llega desde el Departamento de Presidencia, Hacienda, Gestión Económica y Deportes, una estructura que muchas veces parece lejana, pero que en este caso ha aterrizado en algo claro: presupuesto asignado, objetivo definido.
ADDIF no es una asociación de escaparate. Lleva años trabajando con recursos limitados, abriendo caminos donde no había nada. Esta ayuda no resuelve todo, pero permite planificar, ampliar y consolidar un proyecto que funciona porque está en manos de gente que conoce el terreno.
No hay promesas grandilocuentes ni frases para la foto. La isla no se ha llenado de carteles ni ha convocado ruedas de prensa con camisetas impresas. Simplemente se ha firmado un documento que pone el foco donde hace falta: en las personas. Y eso, a veces, es más valioso que cualquier campaña publicitaria.
El conseller Salvador Losa ha dejado claro que esto no es un gesto aislado. Es parte de una estrategia para que el deporte, en Eivissa, no tenga puertas de entrada restringidas. Aquí no se habla de integración como eslogan, sino como práctica. Y eso, en tiempos de tanto ruido, es casi una rareza. Una buena rareza.