Tenis para todos en Formentera

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Víctor M. Victoria La práctica del tenis y el pádel en la pequeña pitiusa está orquestada desde hace años por el Club de Tenis Illa de Formentera, que tiene su epicentro deportivo en las pistas de la avenida Porto Salé de Sant Francesc. Una entidad deportiva que se vuelca con la actividad física entre los más pequeños de la isla, con un crecimiento significativo en los últimos años, y que ofrece unas tarifas de los más económicas para sus interesados.

Por tan solo 80 euros al mes, y con hasta cuatro días de entrenamiento a la semana, los más pequeños pueden aprender los secretos de este popular deporte, que añade a la demanda física un fuerte componente psicológico. “Nuestros jugadores tienen unos precios increíblemente buenos en comparación con otros lugares, pues reciben hasta ocho horas de entrenamiento a la semana. En Ibiza tendrías que pagar 300 euros por lo mismo”, resume el entrenador, Sergio Castellón Guasch.

Más de medio centenar de niños ya forman parte de la escuela deportiva que desarrolla el club con ayuda del Consell, y que se divide en dos grupos de nivel diferentes. Iniciación, donde se suelen incluir a los más benjamines, a partir de 5 años, que aprenden a través de juegos la práctica de este deporte, y los golpeos básicos de derecha y revés; y perfeccionamiento, con jóvenes ya de un cierto nivel que depuran su técnica individual.

Las clases de perfeccionamiento duran dos horas cada día, y en ella la intensidad crece. A los citados golpes de revés y derecha se unen otros más específicos, como la volea o el remate (smash en tenis), y se intenta que los jugadores fijen lugares concretos para enviar la bola. En los interminables peloteos, un jugador de tenis mejorará su velocidad de desplazamiento, su velocidad de reacción, la fuerza del tren superior para golpear la pelota y la resistencia del tren inferior para mantener intercambios largos en el tiempo en continuo movimiento.

Una especialidad deportiva muy completa, sin duda. Del elenco de jóvenes tenistas que maneja el club destacan los alevines Roger Márquez e Inar Calzado, que con 12 años se encuentran entre los mejores de las Islas Pitiusas de su edad. Ambos cuajaron un gran campeonato de Baleares hace escasas semanas, alcanzando el primero los cuartos de final y el segundo las semifinales, resultados que les ubican entre los destacados de todas las islas. También fueron subcampeones de las Pitiusas este año por equipos con Jan Tormo y Jordi Thuiran.

En cualquier caso, su técnico Sergio Castellón recalca que en Formentera “no hay esencia de competición”, por la ausencia de otros clubes tenísticos y más jugadores, por lo que su trabajo se vuelca “en inculcar hábitos deportivos y saludables entre los chavales. Si fuera una isla más grande, con dos o tres clubes más, habría más competitividad porque ésta se mueve sola. Pero aquí no buscamos un tenista de alto rendimiento”.

“Lo más importante -agrega el preparador- para los jóvenes es hacer deporte y estar contentos con ello. Luego, si ellos quieren intentar buscar cotas más altas, les exigimos mucho más en los entrenamientos. Pero lo más importante es que siempre disfruten”. Los resultados en el funcionamiento del club son más que positivos. “Cuando llegué en 2016, que era un periodo de cambio, apenas había unos 20 niños, pero la cifra ha ido subiendo en este tiempo hasta cerca de 60 chavales, y estamos muy contentos por ello”.

El técnico, que dirige los entrenamientos con su compañero, Iago Dosantos Domínguez, destaca el componente de trabajo psicológico que implica el tenis en sus participantes, más allá del físico. “Es un deporte individual, solitario, en el que se aprende rápido que vas a perder, y eso fortalece tu mentalidad. Debes saber manejar tus emociones dentro de la pista y tolerar la frustración cuando las cosas no salen, aceptar el fallo e intentarlo de nuevo”.

Y entre los retos de futuro, Sergio Castellón espera confeccionar “grupos más igualados de edad y nivel en el futuro”, al tiempo que destaca la labor social que también fomenta el club deportivo. “Varias veces al año organizamos salidas con otros club de Ibiza,  o nos desplazamos a Palma, y después de entrenar, realizamos jornadas de convivencia para que nuestros jugadores disfruten de la vida fuera de Formentera, y tengan más oportunidades también de relacionarse”, concluye.

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