A tan solo tres días de cumplir una década de vida, la UD Ibiza ha vuelto a lanzar un mensaje claro sobre su solidez institucional y el respaldo que sigue generando entre su afición: el club ha alcanzado los 2.200 abonados para la temporada 2025/2026, una cifra que, a falta de cerrar la campaña, prácticamente iguala los registros del pasado curso.
El dato, más allá de lo numérico, encierra una lectura simbólica. El conjunto celeste se aproxima al umbral de los 2.400 abonados que tuvo la temporada anterior y lo hace con un dato revelador: el 93% de los socios han renovado su compromiso. La cifra refleja un grado de fidelidad poco habitual en el fútbol actual y confirma el arraigo que el proyecto ibicenco ha generado en su entorno más cercano.
La temporada que se avecina no es una más. El próximo 31 de julio, el club celebra su décimo aniversario desde su refundación, un hito que no solo invita a la celebración, sino también a la reflexión. En apenas una década, la UD Ibiza ha pasado de ser una iniciativa emergente a convertirse en uno de los referentes deportivos más sólidos de la isla, con presencia continuada en categorías nacionales y una identidad cada vez más reconocible.
Durante estos años, el club ha sabido construir algo más profundo que una plantilla competitiva. Ha tejido una comunidad. Un espacio en el que conviven la pasión local, la proyección nacional y un estilo de gestión que apuesta por la sostenibilidad y la pertenencia. El crecimiento del número de abonados no es fruto de una moda pasajera, sino consecuencia directa de un trabajo prolongado, coherente y con visión de largo plazo.
Consciente del valor simbólico de esta décima temporada, la entidad ha redoblado esfuerzos para reforzar su vínculo con los aficionados, activando una campaña de abonos que apela tanto a la memoria como al futuro. Can Misses se perfila una vez más como el punto de encuentro de una afición que no solo acude por el resultado, sino por el sentimiento de formar parte de algo mayor.
La UD Ibiza afronta su X Aniversario con ambición y con una base social que sigue creciendo. Y aunque el club ya puede presumir de unas cifras que lo consolidan entre las entidades con mayor tirón del archipiélago, el mensaje es claro: aún hay margen para más. Más abonados, más implicación, más orgullo celeste. Porque la historia del Ibiza no termina con esta década. En muchos sentidos, acaba de comenzar.