Página 2

Adiós al capitán: Álex Llorca deja el Sant Antoni tras dos años de entrega total

0

El baloncesto, como la vida, también tiene estaciones. Hay inviernos largos de trabajo silencioso, primaveras de crecimiento, veranos de plenitud y otoños que anuncian cambios. Para Álex Llorca, el reloj del CB Sant Antoni ha marcado el final de una etapa que quedará grabada en la memoria del club de Portmany. Dos años, un brazalete simbólico de capitán, y el papel indiscutible de líder en un equipo que soñó —y rozó— el ascenso a Primera FEB.

El escolta catalán, con una trayectoria amplia en el baloncesto nacional, llegó a Ibiza procedente del Cornellà en la temporada 2023-24. Desde el primer día, no se limitó a cumplir en la pista: se convirtió en el termómetro emocional del vestuario. Su experiencia fue un salvavidas en partidos tensos, su serenidad un recurso valioso cuando el calendario se apretaba y el margen de error se estrechaba. No hacía falta que hablara mucho. Su forma de competir hablaba por él.

En la última campaña, sin embargo, el físico empezó a pasar factura. Molestias y contratiempos le impidieron rendir con la continuidad deseada, aunque su compromiso nunca menguó. Participó en 18 partidos entre Copa, Liga y fase de ascenso, aportando 6 puntos por encuentro. Lejos de sus mejores cifras, pero más cerca que nunca de ese perfil de jugador que suma en lo intangible: el que empuja desde dentro, el que no baja los brazos, el que marca el camino. En su primera temporada, en cambio, los números fueron más generosos con su esfuerzo: 13,4 puntos por partido en la fase regular, mostrando un nivel ofensivo que ayudó al Sant Antoni a dar un paso al frente como proyecto deportivo.

Más allá de estadísticas, Llorca deja en Sa Pedrera algo que no cabe en las hojas de Excel ni en las bases de datos de la FEB. Deja cultura de equipo, hábitos de trabajo, el ejemplo de quien sabe cuándo hay que dar un paso al frente… y cuándo es el momento de apartarse. Porque eso también es ser líder.

El CB Sant Antoni pierde a un jugador, sí. Pero sobre todo despide a un referente. Y eso, en cualquier deporte, siempre es una pérdida que se nota. El baloncesto en Sant Antoni sigue creciendo, y lo hace gracias a nombres como el suyo, que han contribuido a cimentar el camino con profesionalidad, humildad y entrega.

Ahora, toca escribir nuevos capítulos. Para el club, con la mirada puesta en consolidarse entre los grandes de la categoría. Para Álex Llorca, quién sabe. Tal vez otro reto, tal vez una pausa. Pero, en cualquier caso, con la certeza de haber dejado huella donde estuvo.

Y eso, en este juego, es lo que realmente cuenta.

Salvador Losa visita al CB Sant Antoni y al HC Eivissa para hacer balance de la temporada

0

El conseller d’Esports del Consell Insular d’Eivissa, Salvador Losa, ha realizado en los últimos días una ronda de visitas a dos de los clubes deportivos más representativos de la isla: el Club Bàsquet Sant Antoni de Portmany y el Handbol Club Eivissa. El objetivo de estos encuentros ha sido conocer de primera mano el desarrollo de la temporada actual, repasar los principales logros y retos enfrentados por ambas entidades, y avanzar en las líneas de colaboración institucional para el próximo curso.

Durante las visitas, Losa ha mostrado un interés especial por el trabajo que realizan los clubes tanto a nivel de competición como en la promoción del deporte base. En ambos casos, ha mantenido reuniones con responsables técnicos y directivos, recogiendo impresiones y valoraciones sobre el estado actual de las plantillas, los resultados obtenidos y las necesidades más urgentes para seguir creciendo como entidades deportivas.

Estas reuniones han servido también como punto de partida para definir futuras estrategias de colaboración entre el Consell y los clubes. Según ha expresado el propio conseller, la intención es adaptar el apoyo institucional a las realidades específicas de cada entidad, reforzando su proyección tanto en el ámbito local como en el nacional.

Losa ha destacado el papel clave que juegan el CB Sant Antoni y el HC Eivissa en la visibilidad de la isla a nivel deportivo. Ambos clubes compiten en categorías estatales y contribuyen a posicionar Eivissa como una referencia en el deporte, además de fomentar valores como el compromiso, el esfuerzo y el trabajo en equipo entre los jóvenes.

La ronda de contactos se enmarca en una iniciativa más amplia del Consell d’Eivissa para reforzar los vínculos con el tejido deportivo insular, recogiendo propuestas y planteamientos que permitan establecer una planificación sólida y compartida para la próxima temporada.

Toni Roig lo clava y se corona en Segovia con un flechazo de oro

0

Cuando el viento sopla en contra y el objetivo parece encogerse a lo lejos, solo los arqueros de verdad afinan el instinto y convierten la tensión del arco en pura poesía. En ese arte milenario de tensar, apuntar y soltar sin titubear, Toni Roig, del club S’Arc d’Eivissa, ha demostrado que en España hay un Robin Hood de carne y hueso… y habla con acento pitiuso.

El escenario no era cualquier campito. El Campeonato de España de Tiro de Campo 2024-2025 se celebraba en Segovia, con 15 especialistas en arco recurvo buscando la gloria entre dianas camufladas entre el monte, tiros en pendiente, y distancias que engañan al ojo más experto. Allí, Toni Roig no solo afinó la puntería: le dio una clase magistral al resto con cada flecha.

Ya en cuartos, empezó afinando la mira con contundencia: 92-77 frente a Adrián Maniscalco, arquero de Castilla y León. Luego, en semifinales, tocaba medirse con el navarro Jon Urriza, un tirador rocoso, de los que no se arrugan. Pero tampoco bastó: 62-56 y pase directo a la final.

Y qué final. Frente a él, el catalán Sergi Cebrián, otro viejo lobo de los circuitos nacionales. Ambos sabían que aquí no valen los errores, que un solo desvío en el anclaje o un pestañeo fuera de ritmo pueden costar el oro. El duelo fue un toma y daca de precisión quirúrgica. Cada flecha silbaba con historia. Y al final, por un solo punto, ese dulce 1 que vale más que mil, Toni Roig hizo diana… en el podio más alto.

Lo de Toni no es casualidad. Es técnica, es templanza, es conocer el vuelo de su recurvo como si fuera una prolongación del alma. No se gana un Campeonato de España de Campo solo por tener buen pulso. Hay que leer el entorno, medir el viento con el cuello, y saber cuándo soltar para que la flecha no solo llegue, sino que impacte con elegancia.

En un deporte donde la precisión es religión y el más mínimo desliz cuesta la gloria, el arquero ibicenco ha dejado su firma en Segovia. Lo suyo no fue una victoria cualquiera. Fue una declaración de intenciones: en el campo, Toni Roig apunta alto. Y cuando suelta, no perdona.

Una gran Penya cae de pie tras una temporada para enmarcar

0

El fútbol, con toda su belleza y dureza, a veces se decide en los márgenes. Y esta vez, a la Penya Independent le tocó caer por esos pequeños márgenes que ni siquiera ocurren en el césped. Empataron en la eliminatoria. Lucharon hasta la prórroga. Marcaron primero. Pero no fue suficiente. El reglamento habló y dio el pase al Porreres por lo que hizo hace más de un mes, cuando sumó cuatro puntos más en la fase regular. Así de frío. Así de cruel.

Pero no se trata sólo de resultados. Lo que queda en la retina es otra cosa. Porque lo que ha hecho la Penya este año no se borra con una eliminación. Ha firmado una temporada digna de ser reconocida, una de esas que refuerzan el vínculo entre equipo, afición y pueblo. Un grupo que ilusionó desde la primera jornada y que ha defendido su escudo con una convicción ejemplar.

En Ses Forques, el equipo volvió a demostrar que no se rinde. Después del 0-0 en los noventa minutos, se adelantó en la prórroga y rozó el sueño. Fue entonces cuando llegó el mazazo, un gol de González que igualaba la eliminatoria y sentenciaba el destino ibicenco por la vía del reglamento. Fue un golpe, sí. Pero lo fue más por lo que pudo ser que por lo que faltó.

A lo largo de los dos partidos, quedó claro que la eliminatoria estaba equilibrada. En Sant Miquel, la Penya supo controlar el balón, manejar los tiempos y plantar cara. En la vuelta, con una grada entregada al Porreres, los de Sant Miquel mostraron coraje y personalidad. Ni un paso atrás. Ni una excusa.

Y es que si hay algo que define a este equipo es su capacidad de competir. Desde una primera vuelta deslumbrante, en la que fueron líderes y mostraron un fútbol alegre y decidido, hasta un final de temporada donde, pese a los tropiezos, no dejaron de creer. Las últimas jornadas de liga fueron duras, sí: derrotas inesperadas, un empate amargo, una victoria solitaria que no bastó para recuperar el liderato. Pero nadie bajó los brazos. Nadie.

El cuerpo técnico ha construido más que un grupo competitivo: ha formado una familia. Supo llevar al equipo hasta el último peldaño, entendiendo cuándo ajustar, cuándo exigir y cuándo confiar. Y en el campo, los jugadores respondieron con compromiso. Desde los veteranos hasta los que han dado sus primeros pasos esta temporada, todos aportaron algo. Todos se dejaron la piel.

Y en la grada, siempre ellos. La afición, constante, presente en casa y fuera. Animando cuando el equipo volaba y sosteniendo cuando tocaba remar. En Ses Forques, pese a la derrota moral, hubo respeto y orgullo por lo vivido. Porque saben que esta Penya ha hecho historia, aunque no suba de categoría.

Esta temporada no acaba con un ascenso, pero sí con una certeza: el proyecto tiene futuro, corazón y talento. Y aunque el marcador no siempre lo diga, lo de la Penya este año también fue una victoria.

La UD Ibiza se despide entre lágrimas al ver escapar el sueño del ascenso

0

El cielo de Can Misses se vistió de gala, pero la tarde terminó envuelta en sombras. La UD Ibiza, que soñaba con una remontada épica ante su afición, se despidió del sueño del ascenso con un silencio que dolía más que cualquier pitido final. El Andorra, sin alardes pero con un plan claro, firmó su billete a la final del ‘play-off’ y dejó a los celestes con las manos vacías, el corazón roto y una sensación amarga de déjà vu.

No faltó ambiente, ni ilusión. Desde temprano, la grada se tiñó de esperanza, como si el empuje de la isla pudiera mover montañas. Pero en el césped, la historia fue otra. El equipo de Paco Jémez, valiente en la intención pero errático en la ejecución, volvió a chocar contra el muro andorrano. Ni el aliento del público ni el deseo colectivo bastaron para derribar una eliminatoria que ya estaba cuesta arriba tras el 2-0 de la ida.

El guion, cruel y caprichoso, se escribió con tinta azul celeste, pero las páginas las pasó el Andorra. Y cuando Bebé tuvo en sus botas el giro de la trama, el destino decidió girar hacia otro lado. Corría la primera parte cuando el atacante se plantó ante la oportunidad dorada: un penalti para agitar la eliminatoria y devolver la vida al sueño ibicenco. Pero su disparo, potente pero previsible, se estrelló en la inspiración de Ratti, un portero que se convirtió en héroe visitante y verdugo de Can Misses.

La UD Ibiza no bajó los brazos, pero tampoco encontró respuestas. Intentó abrir el campo, apretó en la presión y buscó por tierra y aire una rendija en la defensa rival. Pero cada intento moría entre dudas, disparos centrados o decisiones precipitadas. Y en el fútbol, como en la vida, las oportunidades perdidas rara vez llaman dos veces.

El gol del Andorra, frío como un puñal, llegó por donde más duele: un error propio. Bebé, protagonista involuntario de la tarde, se complicó en una salida y dejó un balón muerto que Lautaro no perdonó. El 0-1 fue más que un tanto: fue el final anticipado, el golpe que dejó sin aire a un equipo que ya tenía poco margen.

Quedaba media hora por delante, pero el reloj ya no marcaba tiempo sino resignación. Los intentos del Ibiza fueron más desesperación que estrategia, más empuje que convicción. Y aunque no se rindieron, nunca pareció posible la remontada. No con ese peso en las piernas ni esa falta de claridad en los últimos metros.

Al final, el marcador global de 0-3 resumió una eliminatoria en la que la UD Ibiza no logró marcar ni un solo gol. Pero el verdadero drama no está en los números, sino en la sensación de que esta plantilla, este club, este estadio… merecían algo más.

Ahora llega el tiempo de la reflexión. Porque lo que dolió en Can Misses no fue solo la eliminación, sino el eco de una temporada que prometía más de lo que terminó ofreciendo. Una vez más, el objetivo del ascenso se esfuma en la orilla, dejando preguntas abiertas y una afición fiel que vuelve a quedarse esperando.

El fútbol, tan generoso a veces, puede ser implacable cuando se combinan la falta de puntería, los errores groseros y un rival que sabe exactamente a lo que juega. Esta vez, la moneda cayó del lado de Andorra. Y la UD Ibiza, una vez más, tendrá que levantarse desde el suelo.

Del Zamora al zambombazo final sin escalas

0
Ramón Juan se refresca durante un entrenamiento. Foto: Paco Natera

Hay algo profundamente subversivo en que el tipo más tranquilo del equipo sea el que se atreva a hablar de remontadas como si estuviera pidiendo pan. Ramón Juan, catalán, portero, piel de cura pero mirada de pirata, lleva todo el año salvando partidos sin hacer aspavientos, como si pararlo todo fuese tan normal como sacar la basura.

Esta semana, con un 2-0 clavado en las costillas desde la ida en Andorra, cualquiera se escondería detrás de un discurso prudente. Pero Ramón no. Ramón sale, mira a cámara y suelta que lo van a levantar. Sin escaleta ni frase aprendida. Lo dice porque lo piensa, y lo piensa porque lo ha visto ya: siete veces han ganado por dos o más en casa. No lo dice para ilusionar a nadie, lo dice porque lo tiene apuntado en la cabeza como quien repasa de memoria una tabla de multiplicar.

Aquí no hay espacio para el “vamos con todo” ni para el “creer es poder”. Aquí hay estadísticas frías, un rival que toca pero no mata, y un portero que lleva toda la temporada con la portería tan cerrada que parece una cuenta suiza. Ramón no está para discursos motivacionales. Está para que, cuando su defensa se despiste, no se note.

El domingo no se juega un partido. Se intenta evitar una eliminación que molestaría menos si no fuera porque este equipo, durante muchos meses, ha parecido tener más fútbol que categoría. Y cuando eso pasa, jode más. Porque no es que falte nivel, es que faltó colmillo en el momento clave.

Y ahí vuelve a entrar Ramón. No para echar culpas —eso lo hace cualquiera con un micro delante—, sino para recordar que los primeros 20 minutos en Andorra fueron una apisonadora. Que se les podía haber comido. Que el problema no fue de juego, sino de instinto. Y eso, con un campo lleno y algo de rencor deportivo, se puede corregir.

La afición, que últimamente ha estado más activa en redes que en gradas, tiene su propio papel. Ramón lo dice claro: si no se nota que hay un estadio detrás, todo es más difícil. No es una súplica, es un aviso. Esto no va de ser el jugador número 12, va de hacer ruido suficiente como para que al rival le tiemblen los tobillos cuando pasen de medio campo.

¿Y el Andorra? Pues el Andorra no es el típico equipo que se encierra con un colchón de dos goles. Juegan, arriesgan, y a veces se pasan de listos. Si el Ibiza tiene media hora buena, pueden pasar cosas. Pero para eso hace falta no regalar balones, no fallar controles, no especular. Hay que ser cruel. A falta de gol, que sobre mala leche.

Ah, y sí, Ramón ha ganado el Zamora. Pero no lo menciona con brillo en los ojos. Lo nombra como quien enseña un trofeo que no sirve para nada si en junio estás viendo el ascenso por la tele. Porque aquí no se viene a batir récords individuales. Aquí se viene a subir.

La UD Ibiza llega tocada, no hundida. El domingo, en Can Misses, no se juega un milagro. Se juega un castigo al despiste de la ida. Y el que lo va a intentar liderar es un portero que habla poco, para bien. Que para mucho, para mejor. Que no promete nada, pero no deja que nadie se relaje. Si hay remontada, no será por un discurso. Será porque Ramón y diez más salieron a morder.

Y si no hay remontada… entonces tampoco habrá excusas.

Con Rosa en la banda, la Peña va a por el jardín rival

0

El mercado de fichajes estival empieza a moverse en Santa Eulària, y la Peña Deportiva no ha querido esperar para dar el primer golpe. Santiago Rosa, extremo argentino con pasado en la isla, se convierte en nuevo refuerzo del conjunto peñista para la próxima temporada. Un regreso que despierta cierto sabor a revancha, después de aquel intento fallido en 2019 que lo dejó sin debutar por trámites burocráticos.

Rosa, nacido en Buenos Aires hace 27 años, llega tras una temporada notable en la SD Portmany, donde fue pieza clave en el Grupo XI de Tercera RFEF. Su perfil encaja a la perfección con las aspiraciones de un club que busca músculo ofensivo, desequilibrio por banda y profundidad en ataque. No es solo velocidad lo que aporta: su capacidad para adaptarse a diferentes zonas del frente ofensivo, desde la mediapunta hasta ambos costados del campo, lo convierte en una opción muy valiosa para cualquier dibujo táctico.

La trayectoria del bonaerense está marcada por una mezcla de talento precoz y adaptación constante. Con apenas 21 años saboreó la élite del fútbol argentino al debutar en Primera División con el Club Atlético Sarmiento. Aunque su paso fue breve, también tuvo minutos en la Primera Nacional, donde incluso dejó su firma con un gol y vivió en carne propia el salto de categoría con el conjunto verdolaga. Experiencias que le curtieron en uno de los entornos más exigentes del fútbol sudamericano.

Tras aquella etapa en Argentina y su frustrado estreno con la Peña Deportiva, el futbolista emprendió un viaje de maduración por la Tercera RFEF española, donde ha vestido camisetas como la del Ciudad de Lucena, Montilla, Penya Esportiva Sant Jordi o UD Lanzarote, con quienes rozó el ascenso a Segunda RFEF. Todo ese recorrido, lejos de restarle brillo, ha forjado a un jugador más completo, con tablas en el fútbol nacional y familiarizado con los ritmos de la categoría.

Ahora, cinco años después de aquel intento fallido, Rosa vuelve a vestir de blanco con una ilusión renovada y un objetivo claro: triunfar donde una vez no pudo empezar. La Peña Deportiva, por su parte, apuesta por un futbolista que conoce la isla, la categoría y que ha demostrado, temporada tras temporada, que aún tiene mucho que decir. El reto ya está servido.

El alcalde cambia el pleno por la previa y se sube al tren de la UD Ibiza

0

Hay días en que la política se quita la corbata, se sube la bufanda celeste al cuello y se planta en el césped con más fe que un delantero en el 90′. Eso hizo este jueves el alcalde de Eivissa, Rafael Triguero, que cambió el despacho por el vestuario para darle un chute de ánimo a la UD Ibiza antes del decisivo duelo contra el Andorra. Porque si hay algo que une más que una promesa electoral, es un ascenso en juego.

Triguero no fue con las manos vacías (ni con medias tintas): llevó palabras de aliento, respaldo político y una buena dosis de espíritu colectivo. Se lo dijo claro al vestuario —sin necesidad de micrófono ni atril—: la ciudad está con ellos, la isla entera late al ritmo del balón, y este domingo toca convertir Can Misses en una olla a presión celeste.

Pero no solo de discursos vive el aficionado. El Ayuntamiento, en colaboración con el club, se ha sacado de la manga un planazo de domingo para convertir la previa del partido en una auténtica verbena futbolera. Desde las 15:00 horas, el estadio será una fiesta: food trucks para llenar el estómago, música en directo para animar los corazones, pintacaras para los más peques (y los no tan peques), y ese ambientazo que huele a ilusión, a nervios y a goles que cambian historias.

A las 17:00 horas, la llegada del equipo será todo un ritual de comunión entre grada y plantilla. La ciudad recibirá a sus guerreros como se merecen: con aplausos, banderas al viento y el grito en la garganta. Porque no es un partido cualquiera. Es una batalla por volver a la Segunda División, por recuperar el lugar que el escudo merece y por seguir soñando con que, algún día, la UD Ibiza vuelva a codearse con los grandes.

Lo curioso es que en este capítulo de fútbol y emoción, la política ha encontrado su rincón. Y no es postureo de campaña ni foto fácil. Es compromiso, es cercanía, es entender que el fútbol —al menos en esta isla— es algo más que once contra once. Es identidad, es orgullo colectivo, es esa chispa que enciende barrios, une generaciones y hace que un alcalde se convierta, por un día, en un hincha más.

Así que ya lo saben: el domingo, a las 19:00 horas, no solo se juega un partido. Se juega una ilusión. Y si alguien aún no tiene plan, que se pase por Can Misses: habrá fútbol, fiesta y fe. Y si Triguero está allí animando, ¿por qué no vas tú también?

El Dacia Bigster se suelta la melena en Ibiza con Vanessa Andreu y sus dos perritas

0
Vanessa Andreu con sus dos perritas: Laia y Likha.

El sol comienza a calentar la roca viva de la montaña más alta de la isla mientras una figura atlética amarra los cordones de sus zapatillas. Pero esta vez no hay dorsal, ni cronómetro, ni frontal. Hoy, Vanessa Andreu cambia el sendero por el volante, y las cuestas técnicas por el rugido suave —pero firme— del nuevo Dacia Bigster. Al lado, como en cada una de sus aventuras, Laia y Likha, dos perritas tan exploradoras como su dueña, miran el horizonte con las orejas al viento. Y delante, un reto diferente: conquistar Ibiza sobre cuatro ruedas.

Gracias a Punicauto, concesionario oficial Dacia en la isla, hemos tenido el lujo de compartir esta jornada sobre ruedas con una de las deportistas más polivalentes y humildes que han elegido Ibiza como hogar. Y lo que debía ser una simple prueba de vehículo, acabó siendo una especie de road movie mediterránea entre montaña, mar y atardeceres que dejan sin aliento.

Si algo tiene claro Vanessa tras años de patear desniveles imposibles es que los caminos fáciles nunca llevan a lugares épicos. Y Sa Talaia, con sus senderos polvorientos y sus pistas de acceso picadas por las lluvias y el sol, es una buena forma de medir la personalidad de cualquier vehículo. El Dacia Bigster no solo pasó la prueba. Se la merendó.

Tiene pinta de coche tocho, pero se mueve con soltura, como si llevara zapatillas de trail”, comentaba Vanessa entre risas mientras maniobraba con una facilidad casi insultante en medio de la montaña. El Bigster, con su aspecto robusto y su actitud sin complejos, es ese compañero que no duda en tirarse a la aventura, sin necesidad de pedir permiso. Con su altura libre al suelo, su tracción total (disponible en versiones 4×4) y una suspensión que parece pensada para caminos cabreados, la montaña dejó de ser un obstáculo.

Dentro, aire limpio. Literal. A pesar del terreno irregular, el habitáculo se mantuvo firme, silencioso y bien aislado. Y eso, para una jornada con dos perras moviéndose de lado a lado y ladrando a cada bache que se cruzaba, se agradece. “Yo voy cómoda, ellas más todavía. Aquí hay espacio hasta para que Likha haga yoga”, soltaba Vanessa, sorprendida por el maletero generoso y la amplitud de las plazas traseras. Porque sí, el Bigster tiene alma SUV, pero cerebro práctico. Nada de artificios. Aquí todo sirve para algo.

Después del trail mecánico por Sa Talaia, la ruta se tiñó de azul. El equipo puso rumbo a Cala Conta, una de las postales más icónicas del oeste ibicenco. Ahí el Bigster bajó las pulsaciones, se quitó las botas de montaña y se calzó las chanclas. Pero solo en apariencia. Porque lo que parecía una carretera tranquila, acabó exigiendo lo suyo: curvas estrechas, tráfico errático de turistas perdidos y cambios de firme constantes. Sin embargo, el SUV de Dacia mantuvo el tipo como quien hace fartlek sin despeinarse.

La conducción, fluida. El consumo, sorprendentemente bajo para un coche de su tamaño. El sistema multimedia intuitivo, sin florituras que distraigan, fue otro punto a favor: conexión rápida con el móvil, sonido limpio y navegación clara. Vanessa lo resumía bien: “Es como entrenar con ese reloj que no tiene mil modos pero nunca falla. Pues eso”.

Y llegó el momento: el atardecer. Con las perritas dormitando en el asiento trasero, con las ventanas bajadas y el aire salado entrando a ritmo de música suave, el Bigster se convirtió en refugio. Una cápsula donde todo se detuvo durante unos minutos, como si el coche supiera que la mejor forma de demostrar su valor es simplemente estar ahí, sin molestar, dejándote disfrutar.

Lo que más sorprende del Dacia Bigster no es su diseño afilado, ni su tamaño intermedio (ideal para el día a día y las escapadas sin dramas). Es su filosofía sin postureo. No pretende ser el SUV más lujoso del mercado. Ni falta que le hace. Porque lo suyo va de utilidad, de honestidad mecánica, de sensaciones reales. Va de ofrecer un coche para la gente que quiere vivir más allá del asfalto, pero también poder aparcar sin drama en el centro de Ibiza.

Para Vanessa, que combina entrenos exigentes con una vida sencilla y conectada con la naturaleza, este coche encaja como pocas cosas: “No me hace falta más. Es fuerte, fiable y no tiene tonterías. Como mis zapatillas favoritas o mi mochila de toda la vida”.

Una vez más, Punicauto demuestra que sabe lo que necesita Ibiza: coches con carácter, preparados para la vida real de la isla. Desde calas escondidas hasta montañas rebeldes, el Dacia Bigster se mostró como un aliado fiable y divertido, de esos que te sacan una sonrisa cuando pensabas que solo ibas a mirar coches.

Y así terminó la jornada: con el motor aún caliente, las perritas en modo siesta profunda y Vanessa con una mezcla de cansancio feliz y la mirada de quien ya está pensando en su próxima escapada. El Bigster, por su parte, descansaba tranquilo. Sabía que había dejado huella.

 

Ver esta publicación en Instagram

 

Una publicación compartida de Fútbol Pitiuso (@futbolpitiuso)

Que ruja la fan zone, que tiemble el Andorra y que hable el fútbol

0

Que nadie se equivoque: este domingo no es un domingo cualquiera. En el Palladium Can Misses no se disputa sólo una semifinal de playoff. Se juega una revancha, una gesta, una de esas citas que quedan tatuadas en la memoria de una afición. A las 19:00 horas, la UD Ibiza recibe al Andorra con una misión clara: remontar un 2-0 y liarla parda. Pero antes del pitido inicial, la isla ya habrá encendido su corazón celeste.

La fiesta empieza temprano. A las 15:00 horas, el estadio se transformará en un festival de pasiones futboleras con una fan zone que promete ser puro fuego. Food trucks para llenar el estómago, barras con bebida para refrescar gargantas, música en directo que subirá las pulsaciones y hasta pintacaras para que nadie se quede sin lucir los colores ibicistas. Un despliegue digno de las grandes noches. Porque esto no es un simple calentamiento: es la antesala de una batalla.

A las 17:00 horas, el momento sagrado: el recibimiento a los guerreros. El autobús celeste entrará en Can Misses y la afición, esa que nunca falla, hará temblar los cimientos con bengalas, cánticos y el alma en vilo. Cada mirada fija en los ojos de los jugadores será un empujón más hacia la remontada. Porque aquí nadie se rinde. Porque este equipo ya ha demostrado que en la isla, las gestas imposibles son parte del ADN.

A las 18:40 horas, los focos apuntan al césped. Calentamiento a fuego y la grada, encendida como una caldera, metida hasta el fondo en el partido antes de que ruede el balón. Y a las 19:00 horas, el éxtasis: empieza la batalla.

Pero aquí no acaba la película. Después del pitido final, Can Misses seguirá siendo una fiesta hasta las 22:30 horas. Pase lo que pase, la hinchada se quedará para celebrar, para abrazarse, para seguir creyendo. Porque este domingo, más que nunca, la UD Ibiza no está sola. Tiene una isla entera empujando desde la grada.

Lo saben en el vestuario y lo sabe cada alma que late por estos colores: si hay que levantar un 2-0, que sea con fuego en las botas y locura en la grada. Este domingo, Can Misses se viste de epopeya. Que ruja la fan zone, que tiemble el Andorra y que hable el fútbol.

Vamos a por todas. Força Eivissa.

Últimas Noticias

La SD Formentera no ha querido esperar más. En un gesto de continuidad, confianza y ambición, el club ha confirmado la renovación de Maikel...

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies