1-0. ¡La Penya se rebela! Un triunfo ante el líder que enciende la esperanza de la salvación

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¡Ay, amigos! ¿Quién dijo que en el fútbol todo está escrito? El CF Badalona Futur, ese equipo que venía pisando fuerte y dejando rivales en el camino como quien deja migajas de pan, se topó con un muro en Sant Miquel. La Penya Independent, que no se andaba con chiquitas, decidió que en su casa mandan ellos y dejaron a los líderes con las manos vacías tras un 1-0 que sabe a gloria. Pero eso no es todo, ¡que la victoria tiene a la Penya soñando con la salvación!

El arranque fue todo un espectáculo de los locales. Los chicos de la Penya se apropiaron del balón y no parecían tener intención de devolverlo, como esos amigos que te piden algo prestado y luego se hacen los olvidadizos. El dominio era tal que parecía que el Badalona estaba en una de esas citas a ciegas donde no sabes cómo actuar. Pero he aquí que el fútbol tiene de esas sorpresas que cuando menos te lo esperas, ¡pum! Los catalanes tuvieron una para abrir el marcador, pero Polo, en un mano a mano con el portero, la mandó a pasear.

Ese pequeño susto fue como un café bien cargado para el Badalona, que despertó y empezó a ponerle sabor al partido. Se vinieron arriba, acosando a la Penya que, por un momento, vio peligrar su portería. Hubo tira y afloja, y hasta un libre directo de Lucas que casi se cuela por la escuadra.

Tras el descanso, parecía que la Penya había tomado algo más que agua, entrando al campo con un extra de chispa. Y en el minuto 56, ¡zasca! Bautista, en plan oportunista, aprovechó un rebote en el área y mandó el balón a dormir a la red. Los de casa se crecieron, y por poco no amplían la ventaja gracias a Pinto y Vicent, que estuvieron a punto de firmar el segundo y el tercero.

Para colmo de males, el Badalona se quedó con uno menos. Genar, que debió pensar que estaba en un monólogo de comedia, soltó unas perlas al árbitro que le valieron la roja directa. Y así, entre risas y lágrimas, el líder tuvo que volver a casa pensando en lo que pudo haber sido y no fue.

Pero lo mejor viene ahora, porque con esta victoria, la Penya Independent no solo ha demostrado que tiene garra, sino que ha avivado la llama de la esperanza en la lucha por la salvación. A falta de solo cuatro jornadas, el sueño está más vivo que nunca, y en el fútbol, ya sabemos que hasta el pitido final, todo es posible.

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