El Sant Antoni recluta al cerebro perfecto para hacer historia

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Hay fichajes que marcan una era, movimientos que no se entienden solo con números ni estadísticas. El de Josep Maria Berrocal por el Bàsquet Sant Antoni es uno de esos. Es mucho más que un entrenador nuevo: es un grito desde Portmany que retumba en toda la Segunda FEB. El equipo ibicenco no quiere jugar a competir, quiere jugar a ganar. Y lo hace poniendo en manos de un cerebro del baloncesto europeo las riendas de un proyecto que ha madurado a base de sueños frustrados, pero cada vez más cerca de la gloria.

La trayectoria de Berrocal no necesita demasiados aderezos. Dos Euroligas, cuatro ACB, tres Copas del Rey, títulos en Ucrania, Israel, Grecia… y una lista de equipos de postín que lo convierten en uno de los técnicos más respetados del panorama continental. Ha vivido las batallas más duras del Viejo Continente al lado de leyendas del banquillo como Pesic, Ivanovic o Bartzokas, y ha absorbido como una esponja cada detalle de ese baloncesto de elite que ahora aterriza, con todo su bagaje, en la isla de Ibiza.

Berrocal no llega a Sant Antoni de rebote. Llega porque cree en el proyecto, porque ve base, ambición, estructura y, sobre todo, un hambre feroz por crecer. Tras dos temporadas quedándose a las puertas del ascenso, el club necesitaba ese clic que transforma a los buenos equipos en campeones. Y el técnico catalán encaja como anillo al dedo: experiencia, carisma, capacidad de liderazgo y una visión global del juego que promete elevar el nivel de exigencia y competitividad del vestuario.

A sus espaldas, más de tres décadas en los banquillos, 21 a nivel profesional y ocho como entrenador principal. Barcelona, Estudiantes, Baskonia, Bayern de Múnich, Panathinaikos, Maccabi Tel Aviv… Su currículum es un mapa de las grandes capitales del basket europeo. Pero ahora cambia la Euroliga por el calor de Es Sa Pedrera, dispuesto a poner su firma en una nueva gesta.

El Sant Antoni no solo ficha un técnico; ficha un mentor, un arquitecto del juego, alguien que entiende el baloncesto como una ciencia de detalles. En una liga tan imprevisible como la Segunda FEB, contar con un entrenador de este calibre es jugar con ventaja. Y en Portmany lo saben. Por eso han puesto toda la maquinaria a funcionar, convencidos de que 2025-26 puede ser, por fin, el año del salto definitivo.

No es la primera vez que Berrocal pisa suelo balear. En 2011-12 ya dirigió al Menorca Bàsquet en ACB, demostrando que es capaz de liderar proyectos con alma y propósito. Ahora, con la camiseta del Class Sant Antoni, regresa a un entorno que conoce, pero con un nuevo desafío que lo motiva tanto como cualquier reto en la máxima competición continental.

El baloncesto, al final, va de proyectos que creen en algo más que el marcador. El Sant Antoni ha apostado por un entrenador que sabe cómo se construye una identidad ganadora. La pista dictará sentencia, pero una cosa está clara: con Berrocal al mando, el equipo pitiuso no solo apunta alto. Avisa, sin disimulo, que va a por todas.

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