Con solo 17 años y en su primera cita internacional, Gabriela Dorado transformó el Campeonato de Europa Junior de Jesolo en el escenario perfecto para anunciar su llegada. La joven ibicenca, formada en el Club Budoka y miembro del programa de tecnificación de la Federación Balear, se ha colgado una medalla de bronce que sabe a estreno dorado. Su actuación dejó la sensación de que el kickboxing español tiene en ella a una competidora capaz de mirar de frente a la élite continental.
El campeonato, disputado del 12 al 21 de septiembre, reunió a la élite juvenil europea en un escaparate donde se mide tanto la técnica como la personalidad. Dorado mostró ambas. En la modalidad de Kick Light, protagonizó un duelo de altísimo voltaje contra la británica Hawkes, triple campeona mundial. Perdió por la mínima, pero dejó a la campeona contra las cuerdas con dos cuentas de protección que rozaron la gesta. Fue, quizás, el combate que la consagró ante el público internacional.
Donde sí llegó el premio fue en Light Contact. En cuartos, la ibicenca arrasó a la británica Jessica Lawrence con un incontestable 12-0, una exhibición de control de la distancia y precisión quirúrgica que levantó comentarios en el pabellón. En semifinales, la italiana Demi Matilde frenó su progresión con un planteamiento táctico que neutralizó la ofensiva española. El bronce fue el desenlace, pero la sensación fue la de un oro en proyección.
La organización del torneo también reparó en su desparpajo. La World Association of Kickboxing Organizations eligió una instantánea de Dorado como imagen oficial del campeonato, retratándola en pleno golpe a la mismísima campeona mundial. Una fotografía que ya es símbolo: la joven ibicenca no solo compite, también representa.
Su historia está ligada a un proyecto que trasciende el tatami. Arropada por la Federación Balear de Kickboxing, con un equipo técnico multidisciplinar que incluye preparación física, psicología deportiva y apoyo constante, Dorado encarna la nueva generación de deportistas isleños que buscan en la disciplina y el sacrificio su camino a la élite.
El bronce de Jesolo no es un punto final, sino la primera página de una trayectoria que promete capítulos brillantes. En Ibiza ya sueñan con verla levantar títulos mayores, pero más allá de las medallas, Dorado ha dejado claro que lo suyo no es solo pegar fuerte: también inspira.
En un deporte en crecimiento, su irrupción ha sido un soplo de aire fresco. Con apenas 17 años, Gabriela Dorado ya ha demostrado que no viaja a los campeonatos para aprender, sino para competir. Y competir, en su caso, significa estar entre las mejores.




















































































