Página 21

En Can Misses se corre con hambre: el Meeting Toni Bonet abre la jaula de las fieras

0

En Ibiza no hay primavera. Hay un salto directo a lo salvaje. Lo saben bien los que pisan el tartán del Sánchez y Vivancos con la mirada afilada y los gemelos tensos como cables de alta tensión. Mañana, desde las cinco de la tarde, no se hablará de playa, ni de DJs, ni de brunchs para turistas deshidratados. Lo que habrá en Can Misses será otra cosa: pura necesidad de correr, de volver, de demostrar.

Esto no es un meeting al uso. Aquí nadie viene a trotar. Se viene a ponerse a prueba, a medir hasta qué punto el cuerpo responde y cuánto falta para que esté al nivel de lo que viene después. Y lo que viene después no es moco de pavo.

Quique Llopis tiene cara de que no le gusta perder ni a las canicas. Viene con 13.36 en la mochila, recién traído de China, y con la intención de usar el viento ibicenco como trampolín para su gran objetivo: septiembre, Mundial, Tokio. No le interesa tanto la marca de mañana como la sensación. Si al acabar se le hinchan los pulmones y le pican las piernas, sabrá que va por buen camino.

Pero claro, enfrente estará Asier Martínez, que no se dejó ni un pelo en el cepillo desde que decidió tomarse esto en serio. El navarro no es precisamente simpático cuando pisa la pista. Competitivo hasta la médula, quiere repetir lo que casi logra aquí hace un año: salirse de la tabla y recordar a todos que la élite no se negocia, se impone. Mañana habrá duelo, sí, pero también algo más: un cruce de caminos entre dos tipos que no han venido a saludar.

El atletismo, a veces, es injusto. Te quita sin avisar. Una lesión y desapareces del mapa. Pero también tiene memoria, y cuando alguien como María Vicente vuelve a pisar una pista tras catorce meses fuera, se nota en el ambiente. No hace falta ni que salte. Basta con verla calentar para que el público se enderece en la grada.

No viene a marcar, viene a reconocerse. A probarse en vallas y en longitud. A ver si su cuerpo y su cabeza vuelven a bailar la misma música. Y aunque haya Mundial en el horizonte, ahora mismo solo importa una cosa: sentir que está de nuevo en casa. Porque eso es lo que tiene Ibiza: que te abraza cuando más lo necesitas.

Lucía Pinacchio no necesita discursos. Su forma de correr dice todo lo que hace falta. Va de menos a más, como si llevara una bomba de relojería en las piernas. En los 800 no hay margen para equivocarse, y ella lo sabe. El año pasado enseñó los dientes, y este año parece que ha vuelto con más hambre todavía. No hay drama ni épica, solo una chica decidida a meter miedo en la última curva.

El resto, puro regalo

Hay otras pruebas, claro. Hay salto, hay velocidad, hay jóvenes que quieren ganarse un sitio y veteranos que todavía tienen algo que decir. Pero el foco está bien repartido. Porque el Meeting Toni Bonet va de pulsos acelerados, de competir sin maquillaje, de dejarse algo en la pista.

Aquí no se va a hablar de “postales con encanto” ni de “marcos incomparables”. Basta. Ibiza es mucho más que eso, y lo demuestra organizando un meeting con identidad, sin pretensiones vacías. Se celebra el 50 aniversario del Club Atletisme Pitius, pero esto no es una fiesta. Es una cita seria. Bien organizada, con cariño, pero también con exigencia. Se nota que hay gente que se deja la piel para que esto funcione.

Y eso es lo que convierte al Meeting Toni Bonet en lo que es: no un evento más en el calendario, sino un punto de encuentro necesario. Donde el atletismo se sacude la rigidez de los grandes estadios y se permite ser de verdad.

Con el fuego en la mirada y la grada en la espalda: Sant Antoni se lanza al asalto del Prat

0

Hay partidos de baloncesto… y luego están estas movidas. El Class Bàsquet Sant Antoni se planta este sábado en el Joan Busquets con la mecha encendida, la moral por las nubes y el objetivo entre ceja y ceja: dar el primer golpe en esta serie a cara de perro contra el CB Prat. Ya no hay red, no hay redención. O ganas, o te vas a casa a comerte los highlights de los demás.

Los de David Barrio llegan en llamas, como un tirador con la muñeca on fire. Vienen de fundir plomos a base de defensa agresiva y transiciones letales frente al Iraurgi. Esa eliminatoria la pasaron como quien se come un bocata en el banquillo. Pero ahora toca bailar con una pareja que no perdona una mala rotación: el Prat, que no será cabeza de cartel, pero tiene un fondo de armario de esos que dan miedo.

Y es que este duelo ya viene con historia. En la fase regular hubo ‘toma y daca’: el Prat asaltó Sa Pedrera con sigilo y sangre fría, pero los pitiusos se la devolvieron con creces en Llobregat. Nadie olvida. Los dos equipos se conocen de memoria, y eso lo hace más sucio, más físico, más mental. Aquí no basta con tirar bien o tener pizarra, hay que ser más perro que el rival.

La clave del Prat está en su perímetro, que no perdona. Tienen dinamita con nombre propio: Peñarroya, Costa, Carreño… tipos que si les das medio segundo te enchufan un triple en la cara y se giran como si nada. Encima cuentan con un arsenal interior que mezcla músculo y talento: Ordóñez, Oneutu, Smallwood. Para Barrio, el scouting no ha sido precisamente una tarde relajada viendo vídeos. Esto es un equipazo que no necesita presentación.

Pero ojo, porque el Class tampoco es un grupo de amateurs. Este equipo ha madurado como un buen base: ya no corre por correr, elige el momento, aprieta en defensa cuando huele sangre, y castiga en ataque como un veterano que se las sabe todas. La idea es clara: reventar el ritmo del Prat, dominar los tableros y forzar el error desde la presión constante. Si les dejas pensar, te pintan la cara.

El Pabellón Joan Busquets será una caldera, seguro, pero a estos portmanyins no les tiemblan las manos. Ya han demostrado que saben ganar fuera, que no necesitan el calor de Sa Pedrera para morder. Van a muerte. Lo saben ellos, lo sabe Barrio y lo saben los que llevan semanas con el calendario marcado en rojo.

Esto no va de favoritos, va de carácter. Y si algo ha demostrado este Sant Antoni, es que carácter le sobra. La eliminatoria es a 80 minutos, sí, pero si este sábado logran ponerle una piedra en el zapato al Prat, la vuelta en Ibiza puede ser una fiesta. De esas con confeti, abrazos sudados y olor a ascenso en el aire.

La batalla empieza ya. Y como dicen en las canchas: aquí se viene a ganar o a sudar sangre.

Y que nadie piense que el Sant Antoni va a jugar solo en territorio enemigo. Más de un centenar de fieles portmanyins se han subido al carro —y al ferry, y al bus, y a lo que haga falta— para acompañar al equipo en esta cruzada catalana. Serán pocos en número comparados con el rugido del Joan Busquets, pero su aliento vale por mil. Van con bombos, gargantas afiladas y el corazón a ritmo de contraataque. Porque cuando el partido se atasque, cuando las piernas pesen y las luces aprieten, esos locos de la grada serán el sexto hombre. Y eso, en un ‘play-off’, puede valer medio ascenso.

Entre las dudas del presente y la sombra del “casi”

0

Hay ruedas de prensa que no se limitan a los titulares. A veces, lo que realmente importa no se encuentra en las frases preparadas, sino en el poso de sinceridad que deja un técnico cuando, más allá de lo táctico, se desnuda emocionalmente ante los micrófonos. Eso fue lo que ocurrió con Paco Jémez en la previa del duelo de esta tarde (16:00 horas) ante el Alcorcón, un encuentro decisivo para calibrar las opciones reales de la UD Ibiza en su pulso por el playoff. No habló solo del rival, ni del planteamiento. Habló de frustración, de desgaste, de una temporada que ha dejado más heridas que sonrisas.

La UD Ibiza llega a la recta final del campeonato en tierra de nadie: sin el premio del liderato, pero con la ilusión encendida de colarse en los playoffs por la vía del segundo puesto. Una lucha que, según su entrenador, no debería haberse complicado tanto si el equipo hubiese evitado tropiezos contra los más débiles del calendario. Una autocrítica poco habitual en tiempos donde el discurso triunfalista suele imponerse, pero que refleja con crudeza la realidad del conjunto celeste: un equipo capaz de lo mejor y lo peor, pero que ha regalado demasiado.

La semana fue caótica. Un viaje de regreso que se convirtió en odisea, con vuelos cancelados y cansancio acumulado. Entrenamientos a medio gas, sesiones de recuperación más psicológica que física, y un vestuario que sigue intentando recomponerse tras cada contratiempo. No es la mejor antesala para medirse a un Alcorcón que, lejos del ruido de la clasificación, llega sin urgencias pero con ese aire de amenaza silenciosa que tienen los equipos liberados.

Y es que, como bien analizó Jémez, cuando un rival ya no se juega nada, puede jugarlo todo. Sin presión, sin ansiedad, sin el vértigo del descenso. El Alcorcón ha cambiado desde aquel primer cruce: nuevos nombres, otra filosofía, menos pelotazo y más balón al pie. Es el tipo de rival que obliga a la UD Ibiza a madurar sus ataques, a no precipitarse. La pausa, ese elemento tan olvidado en los partidos a vida o muerte, será clave si los ibicencos quieren hacer daño en campo contrario.

En ese contexto, el técnico optó por cerrar la persiana de su alineación. Se acabaron las pistas, se acabó el juego de mostrar las cartas antes de tiempo. Una decisión más emocional que estratégica, un reflejo del hartazgo de quien ha sentido que ha dado más información de la que recibió en otras plazas. En el fondo, una anécdota más de un año agotador.

Pero quizá lo más punzante fue su mirada hacia la grada. El eco constante de un Can Misses que no siempre ruge como debería, de una afición que aparece y desaparece como la marea. Jémez no lo dijo con rencor, sino con una mezcla de resignación y deseo: el deseo de ver el estadio como en las grandes noches, el deseo de que el esfuerzo de sus jugadores no se pierda en la indiferencia. Porque, si algo ha tenido este grupo, según su entrenador, es compromiso. Aunque no haya sido suficiente para ser primeros, ha sido heroico para no hundirse.

El próximo duelo ante el filial del Atlético será otra final, pero antes hay que sumar frente al Alcorcón. Y no se trata solo de puntos. Se trata de recuperar sensaciones, de encender una chispa que despierte a la isla. Porque si algo dejó claro esta semana el banquillo celeste es que no hay fórmulas mágicas, pero sí una certeza: o se empuja todos juntos, o el sueño se apaga en silencio.

La Penya Independent se mete en el playoff a lo bestia

0

¿Qué pasa cuando juntas una grada con hambre de gloria, una tarde de fútbol aplazada con sabor a sentencia y un equipo que lleva todo el año dando guerra? Pues pasa esto: la Penya Independent se mete en el playoff de ascenso a Segunda RFEF por la puerta grande, sin llamar, tumbando la puerta de una patada y bailando sobre las ruinas del Campos (6-0), que se ha llevado el rapapolvo del año en Sant Miquel de Balansat.

El partido no se jugó este finde. ¿Y qué? La fiesta no entiende de horarios. Esta tarde, en cuanto sonó el silbato, los de Ramiro González salieron como si llevaran pólvora en las botas. ¡Vaya barbaridad! El Campos no sabía si defender, rezar o pedir el cambio. Pero da igual, porque la Penya no perdona ni en el calentamiento.

Leo, ese delantero con cara de no haber roto un plato y alma de asesino del área, se sacó un hat-trick de manual, con definición, olfato y mala leche de la buena. Tres veces besó la red y tres veces la grada se volvió loca. ¡Y aún hubo tiempo para más!

Billy, otro que no se anda con chiquitas, se apuntó un doblete para enmarcar, de esos que hacen que el portero rival quiera pedir traslado a Preferente. Y como guinda al pastel, Dani Reales, ese que siempre aparece cuando hay que romper defensas, se sumó al festival con su golito. ¡Una fiesta, vamos!

Pero esta película no empieza hoy. Esto viene de largo. Ramiro González ha construido un ejército con alma de barrio y fútbol de quilates. La Penya ha sido una roca en casa, una pesadilla fuera y un equipo que juega con los dientes apretados y el cuchillo entre los dientes. No hay poses de estrella, aquí se curra, se corre y se muerde. Y si se puede, se golea. Como hoy.

Esta clasificación para el playoff, a falta de una jornada, no es casualidad. Es el premio a una temporada de mucho sudor, mucho grito desde el banquillo y mucho fútbol del bueno. Ramiro, que tiene más fútbol en la cabeza que muchos en las piernas, ha gestionado el vestuario como un maestro del ajedrez con sangre caliente. Y el equipo ha respondido: solidez atrás, verticalidad en el medio, pólvora arriba y un hambre de lobo ibicenco.

Ahora, con el pase sellado y la moral por las nubes, la Penya apunta a la Segunda RFEF como quien mira un filete después de un mes a dieta. Y cuidado, que cuando esta gente se lo propone… más de uno acaba lamentando haber cruzado el Mediterráneo.

Adiós al caucho en Sant Josep, hola al fútbol del futuro

0

Esta semana ha empezado un pequeño cambio en Sant Josep que, aunque pueda parecer menor, dice mucho de hacia dónde vamos. El campo de fútbol municipal ha cerrado temporalmente sus puertas para dar paso a unas obras necesarias: se va a sustituir la vieja alfombra de césped artificial por una nueva, completamente libre de relleno de caucho.

Quien haya jugado o pasado por ahí en los últimos años sabrá que el estado del terreno ya pedía relevo. La superficie estaba desgastada, con zonas donde el césped apenas conservaba su forma, y eso no solo afectaba al juego, también aumentaba el riesgo de lesiones. Lo que ahora se pone en marcha no es solo una renovación estética, sino una mejora pensada para quienes pisan ese campo a diario, ya sean niños que empiezan o veteranos que no faltan a su partido de los jueves.

La nueva instalación no tendrá ese típico caucho negro que se colaba por las zapatillas y acababa en las mochilas, en los coches o en casa. Pero más allá de la incomodidad, hay una razón de peso: el caucho se descompone en partículas que terminan en el suelo y en el agua, y la Unión Europea ya ha puesto fecha para su retirada obligatoria. En Sant Josep, se han adelantado.

Se trata del primer campo de fútbol de Baleares con un sistema completamente sin relleno, lo cual convierte esta obra en algo más que un simple cambio de césped. Es un paso hacia un modelo más limpio, que busca reducir el impacto ambiental sin renunciar a las condiciones óptimas para la práctica del deporte.

El Ayuntamiento calcula que los trabajos durarán alrededor de un mes. Mientras tanto, el campo queda en silencio. No habrá entrenamientos, ni partidos, ni gritos de gol por un tiempo. Pero el parón tiene sentido. Porque cuando se vuelva a abrir, no solo se estrenará una superficie más segura y moderna, también se habrá dado un paso real —y nada simbólico— hacia un deporte más responsable.

Zarzana, motor de ilusión en el tramo final

0

El jugador de la UD Ibiza Antonio Zarzana ha encontrado su momento. Tras una temporada marcada por la incertidumbre, las lesiones y los partidos desde el banquillo, el extremo andaluz ha vuelto al once titular con fuerza y determinación. Tres partidos consecutivos como titular han servido para confirmar que su fútbol no se había ido, solo esperaba su oportunidad.

Su implicación ha sido total. En un equipo que todavía pelea por acabar lo más arriba posible, Zarzana representa esa mezcla de talento y trabajo que define a quienes no se rinden. A falta de tres jornadas para el final de la liga regular, la escuadra celeste mantiene la esperanza del play-off viva, aferrada al compromiso de una plantilla que no mira atrás.

El de Jerez ha sido clave en los últimos encuentros. A pesar de que el partido en Huelva no fue brillante en ataque, su esfuerzo y el del resto del equipo evitaron la derrota ante un Recreativo que exigió al máximo. No hubo grandes ocasiones, pero sí una entrega absoluta. Para Zarzana, ese empate fue un punto de oro, no por el juego, sino por lo que transmitió el grupo cuando el partido se complicó.

La categoría es dura, imprevisible, y lo han comprobado en cada jornada. No hay rival fácil, y los equipos de la zona baja han sabido cerrar espacios y dificultar el juego asociativo de la UD Ibiza. Aun así, el equipo ha mantenido su propuesta, basada en el toque, en la calidad individual y en la lectura colectiva del juego. Zarzana ha sabido adaptarse a ese contexto, ofreciendo desborde desde ambas bandas y sumando recursos cuando el partido lo exige.

En el vestuario, la consigna es clara: quedan tres finales, y la primera es la del sábado. Nadie quiere hacer cálculos ni pensar más allá del próximo rival. El Alcorcón se presenta como una nueva piedra en el camino, pero también como una oportunidad para seguir creciendo. No hay miedo a la presión, solo hambre de fútbol, de competir, de demostrar que este equipo aún tiene mucho que decir.

Zarzana forma parte de ese espíritu. Su regreso al once ha coincidido con un tramo de la temporada en el que la UD Ibiza necesita convicción y energía. Él aporta ambas cosas. Sabe lo que hay en juego y lo vive con naturalidad, con la madurez de quien ha aprendido a esperar sin perder la fe.

Mientras tanto, la afición se convierte en el combustible emocional del equipo. Cada vez que Can Misses se llena, el equipo se transforma. Zarzana lo sabe bien. No se trata solo del ruido, sino de la conexión. Esa energía que llega desde la grada en los momentos clave, cuando el partido se atasca o las piernas pesan. En esos instantes, sentir el respaldo del público marca la diferencia.

Ahora, con el tramo final por delante, todo el equipo se alinea con un mismo objetivo: sumar los nueve puntos que restan y llegar al play-off en el mejor estado posible. Zarzana, desde su posición en el campo y su compromiso fuera de él, representa a la perfección el espíritu de un vestuario que no ha dejado de creer.

El Santa Eulària Marathon ya tiene fecha para 2026

0

Hay carreras que se corren con las piernas… y otras que se corren con el corazón. El Santa Eulària Ibiza Marathon es de esas que se sienten desde el primer paso. No importa si eres veterano de maratones o si apenas estás empezando, porque aquí lo que cuenta no es el crono, es la experiencia. Y ya hay fecha para la próxima: 18 de abril de 2026. Guárdala. Porque no es solo un evento deportivo. Es un regalo.

Lo de este 2025 fue, simplemente, mágico. Una marea de más de 6.000 almas, cada una con su historia, su mochila emocional, sus miedos y sus ganas, llenó de vida la isla blanca el pasado 12 de abril. Vinieron de todas partes: de aquí, de allá, de más allá. Unos buscando superarse, otros simplemente buscando sonreír. Y todos encontraron lo mismo: una carrera que va mucho más allá del asfalto.

Es difícil explicar con palabras lo que se vive en Ibiza ese día. Las vistas quitan el aliento, sí. Correr junto al mar, con ese sol que acaricia más que quema, es un lujo. Pero lo que realmente te toca es el ambiente. Los ánimos desde los balcones, la música en cada esquina, los abrazos de desconocidos en la meta. Es como si la isla entera te empujara hacia adelante, como si te dijera: “Tú puedes, sigue, esto lo estás haciendo para ti”.

Y es que correr aquí no es una prueba. Es un homenaje. A tu cuerpo, a tu mente, a todo lo que superaste para estar en la línea de salida. Desde los que se enfrentan a los 42 kilómetros con una mezcla de respeto y valentía, hasta quienes prefieren los 22K o los 12K. Incluso los más pequeños, que en la carrera infantil corren como si el mundo les quedara grande y pequeño a la vez.

Formentera se llena de flechas, puntería y buen rollo en un finde de campeones

0

¡Flechas, sol y muchas sonrisas! Así se vivió este finde en el Campo Municipal de Sant Francesc, donde el aire olía a gloria y tensión a partes iguales. ¿El motivo? Nada menos que la final balear escolar y el Campeonato de Promesas Baleares 2025. Una cita doble con el arco, la puntería y un montón de jóvenes que apuntan muy alto. Literalmente.

Desde primera hora, el campo se llenó de caras concentradas, mochilas repletas de flechas y padres con prismáticos que no se querían perder ni un punto. Y es que, aunque no volaron flechas en llamas (por suerte), el ambiente estaba que ardía.

En la modalidad recurvo sub-15, el Club Es Cubells lo petó. María Valente, con una precisión que ya quisieran muchos GPS, se coronó reina del arco con 642 puntos. ¡Madre mía, María! Y no estuvo sola en el podio: su compi Mateu Ribas clavó una actuación tremenda con 620 puntos, llevándose también el oro en categoría masculina. Si hubiera premio a la pareja más afilada, se lo llevaban también.

Saltamos a la categoría recurvo sub-18, donde el club S’Arc d’Eivissa se puso serio. Eduardo Santolaria hizo pleno casi en cada ronda con unos brutales 643 puntos. Le faltó pedir música para celebrar. Su compañera Nadia Roig no se quedó atrás: 558 puntos y una cara de “esto es solo el principio” que nos encantó.

Y en el Campeonato de Promesas, el local Juan López, del Club de tir amb arc Formentera, aprovechó que jugaba en casa y se marcó un 571 que hizo aplaudir hasta a los árboles del fondo del campo. En chicas, Layra Marie Seuss, del S’Arc d’Eivissa, tiró con tanta seguridad que parecía que las dianas la llamaban por su nombre. 517 puntos y ningún titubeo. ¡Implacable!

Para rematar, la categoría compuesto sub-21 mixto fue territorio de Paula Marí, también del S’Arc d’Eivissa, que dijo “aquí mando yo” con unos soberbios 656 puntos. Paula no apuntó: directamente dictó sentencia.

En resumen: fin de semana de puntería fina, talento joven y muchas emociones. En Formentera no solo se disfruta del mar y las puestas de sol… también se clavan flechas como si no hubiera un mañana. ¡Bravo, arqueros! ¡Nos vemos en la próxima!

Brisa, palas y podios: el Club Náutico Santa Eulalia brilla en el Campeonato de Baleares de Kayak de Mar

0

El mar balear, con su azul profundo y su brisa juguetona, fue testigo este fin de semana de una exhibición de talento, esfuerzo y espíritu deportivo. La Costa de Blanes acogió el Campeonato de Baleares de Kayak de Mar, una cita marcada en rojo en el calendario de los amantes del remo. Entre los protagonistas destacados, el Club Náutico Santa Eulalia se plantó con trece palistas decididos a dejar huella. Y vaya si lo hicieron.

El equipo pitiuso no solo remó con fuerza, sino que también se trajo a casa una auténtica lluvia de metales: ocho en total, repartidos entre oros, platas y bronces que confirman el excelente estado de forma de sus deportistas.

Pablo Velasco y Felipe Aita (en la categoría SS1) se coronaron con el oro, demostrando un dominio impecable sobre las olas. Sin dar margen a la duda, cruzaron la meta con solvencia y clase, dejando claro que el podio les pertenece por méritos propios.

La plata tuvo sabor variado pero igualmente dulce: Roberto Carlino, Jordi Colomar y Fidel Griffiths se encargaron de teñirla de esfuerzo y constancia. Cada palada suya fue un paso más hacia ese segundo escalón que también sabe a victoria.

El bronce, por su parte, se tiñó de juventud y garra. Anna Pelletey, Izan Pascual y Keyma Gomes cerraron el medallero con actuaciones notables que no pasaron desapercibidas. La cantera del club promete, y mucho.

Más allá de las medallas, lo que quedó claro en Mallorca es que el Club Náutico Santa Eulalia no solo compite: contagia pasión, disciplina y compañerismo. Un equipo que, entre salpicaduras y sonrisas, sigue remando unido hacia un futuro prometedor.

La travesía continúa, pero lo vivido este fin de semana en la Costa de Blanes queda ya grabado en la historia del club como una jornada para el recuerdo.

Can Burgos estrena pista: más deporte, más seguridad… ¡pero nada de ruedas!

0

Can Burgos se pone las bambas y deja atrás los baches del pasado. El Ayuntamiento de Sant Josep de sa Talaia ha culminado la renovación de su pista multideportiva exterior con una mejora que no pasa desapercibida: la implementación del sistema de resinas RESITOP, una superficie moderna, segura y pensada para que el deporte se practique como debe ser.

La intervención, valorada en 38.347,80 euros más IVA, responde a una demanda que venía sonando fuerte entre clubes locales y deportistas de a pie. Con el nuevo pavimento, la pista queda perfectamente preparada para acoger partidos de baloncesto, sesiones de entrenamiento de balonmano y otras actividades que requieren un suelo resistente, uniforme y fiable. Nada como correr, botar o lanzar con la tranquilidad de saber que el suelo responde.

Pero ojo, porque la alegría del estreno viene con normas bajo el brazo. Desde el consistorio lo dicen alto y claro: está terminantemente prohibido el acceso con bicicletas, patinetes o cualquier vehículo con ruedas. No es por capricho, sino por necesidad. Ya en el pasado se detectaron marcas y deterioros provocados por usos indebidos que comprometieron la calidad de la pista. Y ahora, tras esta inversión, toca cuidar lo que se ha conseguido.

Este tipo de actuaciones muestran el compromiso del Ayuntamiento con el deporte local y con la creación de espacios públicos cuidados, funcionales y accesibles. Can Burgos estrena también una nueva etapa, en la que se espera que la ciudadanía se sume con energía, respeto y muchas ganas de jugar.

Así que ya lo sabes: si lo tuyo es el baloncesto, el balonmano o cualquier disciplina sobre zapatillas, este es tu sitio. Pero si llevas ruedas… mejor busca otro camino.

Últimas Noticias

La Penya Esportiva Sant Jordi pone en marcha este lunes 4 de agosto la pretemporada de su equipo cadete Autonómico, y lo hace con...

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies