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Un domingo sin goles pero con alma de gran cita en Can Misses

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No todos los días se vive una jornada así en Can Misses. El 0-0 entre la UD Ibiza y el Real Madrid Castilla quedará en las estadísticas como un empate más, pero para los que estuvieron allí, este domingo fue mucho más que un simple partido. Fue una celebración del fútbol, de la afición, de la pasión que se respira en cada rincón del estadio ibicenco cuando el calendario marca una fecha especial.

Desde las horas previas al choque, el ambiente ya olía distinto. Más de 3.500 espectadores poblaron las gradas, firmando una de las mejores entradas de la temporada. Camisetas celestes por todas partes, también muchas blancas, y una mezcla de generaciones unidas por el mismo idioma: el del fútbol vivido con intensidad.

Uno de los momentos más especiales se dio incluso antes de que rodara el balón. En la banda, Raúl González Blanco y Paco Jémez, dos emblemas del fútbol español, se fundieron en un saludo afectuoso, de esos que resumen años compartidos en la élite y en la selección. Viejos compañeros, ahora rivales desde los banquillos, en un duelo con más historia de la que aparenta el marcador.

El césped, impecable, lucía como una alfombra verde, listo para una batalla futbolística a la altura del espectáculo en las gradas. Porque en la grada, una vez más, la Peña Corsarios puso el alma. Desde el fondo Sur, bombos, cánticos y banderas no dejaron de ondear. Fueron el latido constante de un estadio que no bajó el volumen en ningún momento.

Entre el público, como es habitual en Can Misses, muchísima presencia de jóvenes y niños, muchos con sus camisetas del Ibiza y los ojos brillando de ilusión. Durante el descanso, el talento local también tuvo su espacio: el trompetista ibicenco Pere Navarro regaló una actuación elegante y vibrante, un toque artístico que encajó perfectamente con la atmósfera especial de la tarde.

En el palco presidencial, el presidente de la UD Ibiza, Amadeo Salvo, estuvo acompañado por el alcalde de la ciudad, Rafa Triguero, la concejala de Deportes, Catiana Fuster, y otras autoridades locales. Su presencia remarcó la importancia del partido no solo como evento deportivo, sino como punto de encuentro social y cultural para la isla.

El pitido final trajo aplausos, algún suspiro de frustración y un gesto que capturó la esencia de la jornada: decenas de chavales se agolparon junto al túnel de vestuarios pidiendo camisetas a sus ídolos. Algunos jugadores respondieron con sonrisas, choques de manos y regalos. Eugeni, especialmente, protagonizó uno de los momentos más emotivos al regalar su camiseta a una joven seguidora que, desde antes del inicio, alzaba una pancarta pidiéndosela. La sonrisa de la niña valió por un gol.

Porque este domingo no hubo goles en el marcador, pero sobraron razones para recordar el día. Can Misses volvió a ser el corazón de la isla, un lugar donde el fútbol va más allá del resultado. Hay tardes que no se miden en puntos, sino en emociones. Y esta fue una de ellas.

Revive el UD Ibiza–Real Madrid Castilla en imágenes, gracias a Teka Tapa

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El fútbol también se vive a través de los detalles, y este domingo en el Palladium Can Misses hubo muchos que merecen ser recordados. Ya puedes disfrutar de las mejores imágenes del UD Ibiza–Real Madrid Castilla, en una galería exclusiva gracias al apoyo de Teka Tapa, patrocinador que sigue apostando por acercar la emoción del fútbol a la afición celeste.

Jugadas llenas de tensión, miradas que lo dicen todo y una grada que no dejó de empujar. Si estuviste en el estadio, búscate en las fotos… porque esta jornada, tú también formas parte del partido.

Revívelo todo desde otro ángulo, con el sello de calidad de Teka Tapa.

 

La Penya empata en casa ante el Andratx y queda al borde del descenso de Liga Nacional juvenil

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Víctor M. Victoria La Penya Independent dio otro paso hacia el descenso de categoría en la Liga Nacional juvenil después de empatar en casa contra el Manacor (2-2), equipo que también lucha por salvar la categoría. El conjunto que dirige Joan Curune tiene cada jornada más complicado el milagro, que se vislumbra casi imposible, pues aunque se encuentra con un partido menos disputado, se ubica a once puntos de la zona de salvación con cinco jornadas por completar. Los anaranjados arrancaron con mucha fuerza la importante cita y golpearon primero con un tanto de Mohamed El Attarine (5’), que dibujó un panorama de lo más esperanzador para los suyos. Pero dos goles psicológicos antes del descanso del visitante Dimitrov (42’ y 45’) complicaron sobremanera el devenir de la lucha y mermaron los ánimos del rival. Aún así, los locales lo intentaron con ahínco en el segundo acto, aunque sólo pudieron salvar un punto y en los minutos finales, con un acierto de David Iruela (93’). La triste igualada mantiene al club de Sant Miquel de Balansat último clasificado con 18 puntos, y el próximo partido contra la UD Ibiza en Can Cantó representa la última bala por la esperanza o, al menos, la opción de darse una alegría final antes del posible descenso.

La UD Ibiza, por su parte, sumó un punto en su visita al campo del Palma FC (1-1), un rival que también lucha con esfuerzo por mantener la categoría. Los locales, con más tensión competitiva por lo mucho que se jugaban, se adelantaron en el primer acto con un tanto de Carles Ferra (36’), que alegró la grada de Son Fuster e dibujó en el imaginario colectivo una jornada agradable. Pero los celestes no le perdieron la cara al partido, y con paciencia fueron cocinando el tanto de la igualada, que llegó cuando la cita ya agonizaba con la firma de Thiago González (88’). Este nuevo punto permite al conjunto que dirige Enrique Rivas mantener la séptima posición con 41 puntos, si bien las últimas semanas no están siendo de lo más productivas. El próximo derbi ante una Penya Independent muy necesitada en Can Cantó puede ser una buena ocasión para regresar a la senda del triunfo.

El Ibiza Insular sobrevive como única alternativa al título del Portmany en la Regional juvenil

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Víctor M. Victoria El Ibiza Insular se mantiene como única alternativa al Portmany en la lucha por el título de la Regional Preferente juvenil, después de imponerse este sábado a la UD Ibiza B (1-2) en el partido más destacado de la jornada. A falta de cinco jornadas por disputar, el equipo que dirige Alejandro Marcos sigue con una desventaja de seis puntos con respecto al primer clasificado, y el enfrentamiento entre ambas escuadras todavía pendiente de jugar. En Can Cantó, tras un primer acto sin goles y de mayor acierto defensivo, los rojillos se mostraron más contundentes en el área en el segundo tiempo con dos goles de Mirco Ferrer (65’) y Juan Manuel Moreno (84’), que contrarrestó con su acierto el empate momentáneo del local Jorge Zarza (72’). Este nuevo éxito, el quinto consecutivo, permite a los insulares consolidarse su segunda posición en la tabla con 54 puntos, y el partido contra el colista Sant Carles esperando en el horizonte. El conjunto que entrena Giacomo Gradara, por contra, corta de raíz una racha de nueve partidos ganando, y se queda con 51 unidades en la tercera posición a la espera de rendir visita al Inter Ibiza.

El líder Portmany tuvo que acelerar tras el descanso para imponerse al Sant Jordi (4-0), pues el resultado al descanso era empate sin goles. Pero los rojillos acabaron imponiendo su calidad para sumar tres puntos vitales en la lucha por el título, que tienen encarrilado pero no decidido. El conjunto que ahora dirige Pepe Arabí bebió del acierto rematador de Adrián Martín (68’ y 76’) y Pedro Martínez (74’ y 78’), en apenas diez minutos de puro frenesí ofensivo. Hasta entonces su rival, dirigido por Nacho Rosillo, supo mantener el tipo y contener las poderosas acometidas locales, pero los tres puntos finalmente se quedaron en casa pese al pundonor visitante. El cuadro de San Antonio suma 61 puntos en lo más alto de la clasificación, con un margen todavía de dos partidos sobre el Ibiza Insular y el partido ante el San Rafael ya en el horizonte. Los verdinegros, por contra, se mantienen en la novena posición con 22 unidades, y tendrán al Santa Eulàlia como próximo rival en el Kiko Serra.

El Luchador y el Atlético Jesús firmaron tablas (2-2) en un emocionante duelo que dominó el cuadro local pero no terminó de culminar en triunfo. El equipo que dirige Francisco Javier Torres se adelantó con un tanto de Enrico Van Workum (34’), que encontró respuesta en el acierto del visitante Romeo Sachs (41’) antes del descanso. Tras el paso por vestuarios, el duelo entró en una fase de alternativas y ocasiones para ambos, hasta que el local Teo Marí encontró la malla rival (78’) y acercó a su equipo a los tres puntos. Nada más lejos de la realidad, pues en los minutos finales apareció de nuevo Romeo Sachs para, con su novena diana del curso, rescatar al menos un punto para los rojiblancos (90’). El cuadro de San Antonio desciende hasta la octava posición con 31 puntos, y rendirá visita a la Peña Deportiva con motivo de la jornada veintidós de la Liga. El conjunto que entrena Rafa Campillo se mantiene en la quinta plaza con 42 unidades, y recibirá la visita del Formentera en la siguiente fecha.

El citado Formentera supo reaccionar a tiempo y enderezar un duelo que se había torcido en el primer acto contra el Inter Ibiza (4-1), resultado que le permite ganar una plaza en la tabla. El equipo que dirige Pepe Sala recibió un golpe en el arranque de la cita con la firma de Rubén Cortés (6’), y el cuadro visitante se mantuvo serio en defensa para salvar con acierto la renta adquirida ante su enrabietado rival. Los rojinegros, sin embargo, agitaron el banquillo tras el descanso y la dinámica mejoró, sobre todo con los goles de Miguel Quevedo (47’ y 66’), que cambiaron el rumbo del partido. Andrés Gamarra hizo la renta todavía más grande a favor de los locales (73’), que sentenciaron con un último golpe de Mohamed Rida (86’). Este nuevo éxito permite al equipo rojinegro subir a la séptima posición con 32 puntos, y afrontar con optimismo el exigente duelo en la cancha del Atlético Jesús. El equipo interista se mantiene antepenúltimo en la tabla con diez unidades en su casillero, y tendrá a la UD Ibiza B como próximo adversario en casa.

En los duelos de la zona baja de la clasificación, el Santa Eulàlia se impuso con autoridad en el campo de la Penya Independent B (1-4), con su ariete Zakaria Zeghari como estrella del partido. El joven “9” peñista anotó dos dianas (29’ y 58’) que dibujaron el camino hacia el triunfo de los visitantes, que también contaron con el acierto goleador de Marcos Luna (6’) y José Antonio Cabrera (35’) en un primer acto explosivo. Por parte anaranjada vio portería Lluqui Torres en el arranque de la cita (6’), y aunque los locales llevaron el peso del partido en el segundo tiempo no pudieron recortar distancias. El filial de la Villa del Río supera a su rival en la tabla y es ahora décimo clasificado con 18 puntos, a la espera de enfrentarse al Sant Jordi con la autoestima alta. El cuadro de Sant Miquel de Balansat, por contra, pierde una plaza, se ubica undécimo con 17 unidades, y se enfrentará al filial del Portmany en San Antonio en la próxima jornada.

Finalmente, el San Rafael consiguió su segundo triunfo de la temporada en la visita al campo del Sant Carles (2-7), resultado que agranda la distancia entre ambos en la cola de la clasificación. Los visitantes arrancaron con fuerza la cita y encarrilaron la misma en media hora con goles de Juan García (3’), Carlos Donadios (21’), Alejandro Fraga (29’) y Ángel Segura (31’). Después, dos aciertos consecutivos del local David Aguado (39’ y 42’) recortaron la distancia en el marcador y añadieron emoción al duelo, pero en el segundo acto emergió la figura de Alejandro Fraga y, con tres goles más (53’, 65’ y 90’), dejó la cita vista para sentencia. Con este éxito, los azulados continúan penúltimos con siete puntos y cierran la lucha por evitar el farolillo rojo del curso, a la espera de la visita del potente Portmany en siete días. El cuadro que dirige Borja Navarro mantiene su casillero de puntos sin estrenar, y competirá contra el Ibiza Insular en la próxima jornada.

El Formentera cede el trono, la Penya vuelve a ilusionar y el Sant Jordi se agarra a la vida

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Un lance del partido entre el Constància y el Formentera. Foto: Dcantero_photosport

El fútbol pitiuso sigue ofreciendo emociones fuertes a falta de cinco jornadas para el desenlace de la Tercera RFEF. En una jornada marcada por la disparidad de resultados, nuestros equipos han vivido un fin de semana que puede marcar un antes y un después en sus aspiraciones. Desde la caída del líder hasta el suspiro de un colista que no se rinde, la montaña rusa competitiva no da tregua.

El Formentera ha tropezado en un momento clave. Después de once partidos sin conocer la derrota, los de Maikel Romero cayeron por 3-2 en el campo del Constància, en un duelo de alto voltaje que les costó más que tres puntos. El equipo rojinegro ha cedido el liderato al Poblense, que no ha desaprovechado la ocasión para colocarse en lo más alto con 57 unidades, una por encima del conjunto formenterense. Con solo cinco jornadas por delante, cada detalle se convierte en decisivo, y el Formentera deberá mostrar fortaleza mental si quiere recuperar el timón de la categoría.

La otra cara de la moneda la ofreció la Penya Independent, que se reencontró con la victoria tras dos jornadas sin sumar de tres. El equipo de Ramiro González firmó un vibrante 4-3 ante el siempre combativo Collerense, en un duelo con alternativas y goles que devolvió la sonrisa al banquillo local. Con este resultado, la Penya escala hasta la tercera plaza con 54 puntos, quedándose a tan solo tres del liderato. Su reacción llega en el momento justo y alimenta la esperanza de un sprint final que promete ser apasionante.

Mucho más gris es el presente del Portmany. El conjunto de Sant Antoni no termina de levantar cabeza y acumula ya cinco partidos sin ganar, con una preocupante racha de tres empates consecutivos. El último, un 0-0 en casa ante el Santanyí, deja al equipo anclado en los 33 puntos y mirando de reojo al abismo del descenso. Aunque aún cuenta con un pequeño colchón de seis unidades sobre la zona roja, la inercia negativa preocupa, y el margen de error se reduce semana a semana.

Mientras tanto, en el otro extremo de la tabla, el Sant Jordi se niega a rendirse. El equipo verdinegro dio un golpe de carácter al imponerse por 1-2 en el campo del colista Migjorn, rompiendo así una racha de dos derrotas consecutivas. Con este triunfo, los de Carlos Tomás alcanzan los 27 puntos y, aunque siguen en puestos de descenso, mantienen viva la llama de la permanencia. Están a seis puntos de la salvación, con quince por disputar, y el calendario dictará sentencia.

A falta de cinco capítulos para que baje el telón, los equipos pitiusos escriben cada semana un guion diferente en esta apasionante temporada de Tercera RFEF. La lucha por el ascenso y la batalla por la permanencia se entrelazan en un final que no entiende de treguas. El fútbol, como siempre, no espera a nadie.

Resultados y clasificación 

68-57. El Palmer le pone el freno al Class… pero el tren ibicenco sigue en marcha

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Hay partidos en los que el marcador no cuenta toda la historia, y la derrota no siempre es sinónimo de caída. En el Pabellón de Son Moix, el Class Sant Antoni perdió mucho menos de lo que parece. Cayeron, sí. Se acabó la racha. Quince victorias consecutivas que se quedaron grabadas a fuego en los libros de la Segunda FEB. Pero el alma competitiva del equipo de David Barrio sigue intacta. El Palmer Basket Mallorca, campeón del grupo Este a falta de dos jornadas, se llevó el derbi balear por 68-57. Y lo hizo a lo campeón, sudando hasta la última gota para imponerse a un Sant Antoni que vendió cara su piel. Muy cara.

El partido arrancó con un aviso serio desde Ibiza. Triple de Gantt y un parcial de 3-10 que dejó claro que los de David Barrio no estaban para homenajes ajenos. El Class, arropado por una afición que cruzó el mar para dejarse la garganta, se plantó con personalidad en territorio rival. Pero el baloncesto tiene esas cosas: cuando un equipo está encendido, lo notas enseguida. Tres triples seguidos, y el Palmer le dio la vuelta como quien se ajusta la chaqueta. Easly, Urdiain y Scariolo, el hijo del mítico seleccionador, encendieron la mecha y el pabellón estalló.

Desde ahí, el encuentro se convirtió en una pelea a codazos por cada posesión. El Palmer dominó el rebote y afinó puntería en los momentos calientes, mientras que el Sant Antoni tuvo que remar a contracorriente. Mayo sacó el carácter, como acostumbra, y lideró la reacción para evitar que el partido se rompiera antes de tiempo. Al descanso, el 35-30 mantenía viva la esperanza pitiusa.

El tercer cuarto fue un jarro de agua fría. Arqués acercó al Class con un triplazo que puso el 35-33. Pero justo cuando parecía que llegaba el punto de inflexión, el Palmer pisó el acelerador. Parcial demoledor y +14 al final del cuarto (52-38). Aun así, este equipo no conoce la palabra rendición. Ni cuando la gasolina escasea. Dani De la Rúa apretó el puño y, con un 2+1 que puso el 57-51 a falta de cuatro minutos, le dio vida al partido. Pero el campeón no titubeó. Palma se aferró a su título y lo cerró con temple.

El MVP se lo llevó Eduard Arqués, con una valoración de 21, mientras que Mayo fue el máximo anotador del partido con 15 puntos. En el bando mallorquín, Feliu y Comendador compartieron protagonismo con 12 tantos cada uno. Pero más allá de las estadísticas, lo que queda es la sensación de que, aunque el Class no pudo sumar la decimosexta, sigue demostrando que está entre los grandes.

Con el segundo puesto asegurado y el billete al ‘play-off’ ya en la mano, ahora toca afinar motores. Lo importante empieza en breve. La derrota, aunque duele, sirve de recordatorio: en el camino al ascenso, nadie regala nada. Pero este Sant Antoni ha demostrado que no está aquí de paso. Es un proyecto serio, rocoso y con hambre. Y lo mejor está por venir.

Ficha técnica:

 Palmer Basket Mallorca Palma (22+13+17+16): A. Chapela (3), A. Urdiain (9), Y. Traore (4), A. Comendador (12), C. J. Easly (9) -equipo inicial-. A. Scariolo (10), S. Niang (2), M. Servera (2), J. Feliu (12) y D. Pa Mor (5).

Class Bàsquet Sant Antoni (15+15+8+19): G. Gantt (5), L. Smith (11), A. Llorca (4), D. De la Rúa (6) y E. Arqués (14) -equipo inicial-. I. Mayo (15), S. Taiwo (2), J. Peres, J. Rodríguez y J. Zidek.

Árbitros: Israel Chacón Blázquez y José Sánchez Jiménez. Sin eliminados.

Incidencias: Partido correspondiente a la 24ª jornada del grupo Este de la Segunda FEB, disputado en el Pabellón de Son Moix.

La Peña roza el adiós mientras la SD Ibiza se acerca al cielo

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La jornada dejó dos caras bien distintas para el fútbol ibicenco en Segunda RFEF. En Santa Eulària, la Peña Deportiva volvió a quedarse a medias: un penalti transformado por Barroso en el último suspiro firmó un empate (2-2) ante el potente Sant Andreu que sirve de poco cuando el descenso ya respira en la nuca. Nueve puntos separan al equipo del playout con solo 12 por jugarse. La salvación es matemática, pero ya no parece real.

El equipo de Raúl Garrido compitió con orgullo. Larry adelantó a los locales con una gran volea tras el descanso, pero el visitante Lucas Viña, imparable, volteó el marcador con un doblete. La Peña no dejó de intentarlo, aunque sin fe ni claridad. Solo un penalti en el último suspiro evitó la derrota, pero no el sabor amargo de un futuro que ya parece escrito.

La alegría, sin embargo, se trasladó a Valencia. La SD Ibiza sumó su cuarta victoria consecutiva (1-2) ante el filial ché y da un salto enorme hacia la permanencia. Goles de Pochettino y Riquelme, y una dinámica positiva que invita incluso a soñar con el play-off. Dos equipos, dos destinos opuestos. La Peña se hunde, la SD Ibiza vuela.

0-0. Un empate que duele: el Ibiza sigue sin despegar en el momento clave

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En Can Misses, este domingo no se habló de justicia. Porque en el fútbol, a veces, hacer más no basta. La UD Ibiza firmó un empate sin goles frente al Real Madrid Castilla que supo a derrota. No porque el rival no mereciera el punto, sino porque los de Paco Jémez, especialmente en la segunda mitad, lo tuvieron todo para ganar… menos el gol.

El partido fue una montaña rusa de sensaciones. Y de frustraciones. Con este nuevo tropiezo, ya van cuatro jornadas sin celebrar una victoria, una sequía que comienza a dejar secuelas tanto en la tabla como en la moral. El líder, el Ceuta, ya se escapa a cuatro puntos, y las dudas —esas que parecían enterradas hace semanas— han vuelto a instalarse en la isla.

El inicio fue parejo, con dos equipos que no se guardaron nada. El Castilla, con ese descaro habitual de los filiales, plantó cara desde el primer minuto y encontró espacios con la velocidad de Víctor Muñoz por la izquierda. Bebé, por parte del Ibiza, fue el más activo en los compases iniciales, aunque el plan de Raúl funcionó y logró apagar su chispa con ayudas constantes y marcajes férreos.

Las primeras ocasiones llegaron tras el minuto 15, con un remate de Mo Dauda que no sorprendió al meta De Luis, y una jugada embarullada de Gallar que no llegó a buen puerto. No fue un vendaval, pero sí los primeros síntomas de que el equipo empezaba a morder.

Sin embargo, el Castilla respondió con peligro. Youssef obligó a una intervención brillante de Ramón Juan y por momentos el Ibiza pareció desorientado, como si el partido le pidiera algo más de lo que estaba dispuesto a ofrecer. El descanso llegó con empate, pero también con la sensación de que algo debía cambiar.

Y cambió. Jémez metió mano en el dibujo, apostó por una defensa de tres, carrileros con recorrido y dos puntas bien abiertos. El equipo respondió. El Ibiza salió en tromba, se adueñó del balón y empezó a empujar al Castilla hacia su área. Bebé rozó el gol con un disparo seco tras un córner. Luego Mo Dauda tuvo un mano a mano que se fue por centímetros. Y poco después, Astals firmó una jugada personal que mereció acabar en la red, pero se estrelló en la escuadra.

Fueron minutos de dominio absoluto. De fútbol con ritmo, con ambición. Pero también de ocasiones perdidas que, a estas alturas del campeonato, pesan más de la cuenta. Porque mientras el Ibiza perdonaba, el Castilla esperaba su oportunidad. Y casi la encuentra en un disparo de Ruiz que desvió Ramón Juan con ayuda del poste.

El partido entró entonces en esa fase caótica que tanto gusta al espectador pero desespera al técnico. Ida y vuelta, piernas cansadas, decisiones precipitadas. Gori, que entró con chispa, tuvo dos opciones clarísimas para deshacer el empate. Pero el balón, tozudo, no quiso entrar.

El pitido final fue un suspiro de frustración. No hubo reproches desde la grada, pero sí un silencio espeso, de esos que hablan sin necesidad de palabras. Porque el equipo lo intentó, lo buscó, lo mereció… pero no lo logró. Y en este tramo de la temporada, lo que no sumas hoy, lo puedes lamentar mañana.

La UD Ibiza sigue viva en la pelea, pero empieza a caminar por el alambre. Con el Ceuta escapado y los perseguidores apretando, cada punto cuenta. Y los que se escapan, como este, duelen el doble. No es momento de alarmas, pero sí de reflexión. Quedan jornadas por delante, pero también menos margen de error.

Hay que volver a ganar. Y pronto. Porque el ascenso no espera.

El Class, con el viento a favor, se lanza al asalto de Son Moix

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En el calendario de la Segunda FEB había una fecha marcada con subrayador rojo, mayúsculas y signos de exclamación: este domingo, en Son Moix, se juega un derbi balear con aroma de final anticipada. Allí se enfrentan Palmer Basket Mallorca y Class Bàsquet Sant Antoni, primero contra segundo, dos locomotoras sin freno que han arrasado a su paso por el grupo Este. Un duelo con historia reciente, presente vibrante y sabor a ascenso.

El Palmer, sólido líder y a un paso de proclamarse campeón de la fase regular, recibe a un Sant Antoni que llega encendido, con una racha de 15 victorias consecutivas y la moral por las nubes. Aunque el primer puesto se antoja complicado —los mallorquines tienen tres triunfos de ventaja a falta de tres jornadas—, en Sant Antoni no se resignan a mirar desde lejos la cima. Hay algo más que puntos en juego: hay orgullo, confianza, y una puesta a punto fina como una navaja suiza de cara al inminente play-off.

Los de David Barrio ya saben lo que es tumbar al Palmer. Lo hicieron en la primera vuelta en un partido de infarto que se resolvió en la prórroga. Y lo hicieron también en Copa. Pero hacerlo en Son Moix, con el rival oliendo la copa de campeón, es otra historia. Y esa es precisamente la película que los ‘portmanyins’ quieren reescribir: una hazaña épica en terreno enemigo que sirva de aviso para navegantes y de impulso anímico para lo que viene.

El reto no es pequeño. Enfrente está el equipo más rocoso del grupo, el que mejor rebotea, el que defiende con más orden y músculo. El Palmer no es un líder casual, es un bloque trabajado, maduro, con una identidad clara y un banquillo que saca petróleo de cada posesión. El contraste con el Sant Antoni, más suelto en ataque, más vertical, más chispeante, convierte este choque en una auténtica batalla de estilos. Puro baloncesto.

Será un partido de sensaciones más que de matemáticas. Aunque los números aún permiten soñar con el liderato, en Sant Antoni saben que lo verdaderamente importante empieza después. Este duelo es un termómetro ideal para medir el momento de forma, afinar detalles y, sobre todo, mantener la ola de buen juego y confianza que les ha llevado a firmar la mejor racha de victorias de toda la categoría.

En un pabellón que promete ambientazo, con cámaras de Canal FEB TV e IB3 encendidas y el baloncesto balear sacando pecho, el Class se lanza al asalto de Son Moix con la soltura del que ya ha hecho los deberes, pero con la ambición del que no se conforma. Pase lo que pase, los de la pitiusa mayor ya han mandado un mensaje claro: están listos para pelear por todo.

El derbi balear, además de una cita con la clasificación, es una celebración del buen baloncesto, del trabajo bien hecho y del orgullo de dos islas que este año han demostrado que también se juega a lo grande lejos de la península. Y en ese mapa, el Class Sant Antoni quiere seguir marcando territorio.

Zancadas que hacen historia: Deborah Samum rompe el crono en una Ibiza Media Maratón de récord

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La línea de meta ya se intuía desde la última curva. El aliento pesaba, las piernas gritaban, pero Deborah Samum no aflojó. Ni un segundo. Ni una zancada. Su llegada fue más que una victoria: fue un golpe en la mesa, una marca de fuego en la historia de la Ibiza Media Maratón. Paró el reloj en 1h10’33’’ y con ese registro firmó el nuevo récord femenino de la prueba y se metió en la sexta posición de la general. Como quien no se conforma con ganar su categoría y quiere dejar huella en toda la carrera.

Lo suyo fue un ejercicio de precisión y fortaleza. Ritmo constante, mirada al frente y un motor interno que no entiende de flaquezas. Cada kilómetro que pasaba, el público sentía que estaba presenciando algo especial. Y así fue. Lo que hizo Samum no fue solo correr: fue marcar un antes y un después en una prueba que está creciendo sin pausa.

Y mientras la keniana escribía su página dorada, El Hassan El Abbassi cumplía con lo que muchos esperaban: que fuera el más rápido de todos. Con 1h02’20’’ clavados, el corredor nacido en Marruecos cruzó la meta con la solvencia de quien sabe gestionar cada parcial. No hubo fuegos artificiales, ni ataques dramáticos, solo un ritmo letal desde el pistoletazo de salida. Corrió como si conociera cada centímetro del recorrido y lo hizo suyo.

Pero más allá de los nombres que suben al podio, hay otro dato que habla por sí solo: 3.600 corredores en total. Más del doble que el año pasado. Y no eran solo números: eran historias. Personas que se han preparado durante meses, que han madrugado para sumar kilómetros, que han renunciado a muchas cosas para cruzar esa meta. Gente de 35 países distintos, con un 90% de participación de fuera de Baleares, pero todos con el mismo objetivo: enfrentarse a sí mismos.

Cada dorsal escondía un reto personal. Algunos buscaban marca. Otros, simplemente llegar. Y todos compartieron algo que no se entrena: ese instante mágico en el que, pese al cansancio, sabes que lo vas a conseguir.

La Ibiza Media Maratón ya no es una promesa, es una realidad sólida. Se ha convertido en una cita señalada para quienes aman correr de verdad. Sin necesidad de fuegos de artificio, sin disfraces. Solo zapatillas, esfuerzo y corazón.

Y mientras el crono sigue marcando récords, lo que de verdad queda es eso: la emoción contenida antes del disparo, los aplausos en los últimos metros, las manos en las rodillas tras cruzar la línea… y la certeza de haberlo dado todo.

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