1-2. El Luchador se despide del sueño del ascenso tras caer en la prórroga contra el Cardassar

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Víctor M. Victoria

El Luchador se despidió este domingo del sueño del ascenso a la Tercera RFEF tras ser derrotado por el Cardassar (1-2), tras una prórroga de auténtico infarto que acabó cayendo del lado visitante. El equipo que dirige Rafa Payán no pudo hacer bueno el trabajado empate conseguido hace siete días en tierras mallorquinas, y acabó desolado por el triste e inesperado desenlace. El conjunto de San Antonio volverá a competir un curso más en la Regional Preferente pitiusa, por lo que el objetivo de militar en cotas más altas deberà esperar para tristeza de la ilusionada afición que abarrotó el Municipal.

Fue un partido de mucha tensión, alternativas y combate, que pudo caer para cualquiera de los dos bandos como ya sucedió hace siete días en Es Moletes. Sin un fútbol vistoso, solo agitado cuando el balón caía en las botas del local Jordi Serra, el Luchador y el Cardassar se pusieron el mono de combate y se dejaron el alma sobre el tapete de San Antonio, abrasado por el fuerte calor que asoló ayer la isla. Cada balón dividido fue una lucha con mayúsculas dado lo mucho que había en juego, y el colegiado, José Manuel Pardo, tuvo que armarse de paciencia por las continuas protestas de unos y otros.

El duelo arrancó eléctrico, con mucho ritmo, y pronto el equipo local protagonizó dos ocasiones similares, bastante claras ambas, que terminaron con disparos por encima del larguero (9’ y 10’). Reaccionó el equipo mallorquín con rapidez, y un disparo cruzado fue repelido con éxito por el guardameta Raúl Sánchez (11’), y un posterior córner no encontró rematador visitante cuando el esférico se paseó por el área contraria (15’). Tras el frenesí inicial, ambos equipos se asentaron y las ocasiones llegaron con cuentagotas por el mayor protagonismo defensivo, en un escenario mucho más acorde a lo que suele representar un playoff.

El marcador no se movió hasta el descanso, y tras el mismo la dinámica de disputa, choque y confrontación se mantuvo, con apenas ocasiones de peligro para ambos conjuntos y un protagonismo masivo del músculo sobre la clase. Sólo el citado Jordi Serra era capaz de agitar un poco la dinámica del duelo con su talentosa pierna izquierda, pero sus envíos no encontraron continuidad por parte de sus compañeros, y el partido murió sin goles en el marcador con todo por decidir en la prórroga. Pocos podía prever entonces la revolución futbolística que aguardaba a la vuelta de la esquina.

Nada más comenzar el tiempo extra, la defensa del Luchador cometió penalti sobre un atacante del Cardassar (95’), y la pena máxima fue transformada con clase y tranquilidad por Adrián Hernández para alegría de la ruidosa afición mallorquina. Minutos después, una dura entrada del local Jaime Mir en el área rival fue sancionada por el árbitro con roja directa (102’), por lo que la situación se ponía muy cuesta arriba para el cuadro de San Antonio, que aún así no le perdió la cara al partido y buscó con ahínco el tanto del empate. Dicha alegría llegó en el arranque del segundo tiempo de la prórroga, tras un certero remate de Olawale (106’) que desató la máxima alegría y esperanza entre la afición local.

Pero el trepidante guión del tiempo extra todavía había añadido una última y definitiva página. Una buena acción de contraataque del Cardassar, con el Luchador bastante adelantado, generó un preciso envío desde el costado izquierdo, que fue rematado de primeras y con clase por Gaspar Sastre para batir por bajo al local Raúl Sánchez (110’) y dar la puntilla a su fatigado rival. Por más que lo intentó después el equipo de Rafa Payán, las fuerzas ya andaban muy justas y el cuadro mallorquín supo gestionar con éxito la renta adquirida para desolación del cuadro local, que acabó muriendo en la orilla.

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