Pablo Sierra del Sol/noudiari.es Un gol nunca es renta suficiente si el contrario no baja los brazos hasta el pitido final. Lo ha comprobado esta tarde la Peña Deportiva, que después de maniatar gracias a su despliegue físico al Formentera durante casi todo el derbi y tenerlo derrotado a lo largo de 24 minutos, ha acabado cediendo un empate por culpa de un cabezazo conectado por Adrian Bojan en el descuento del descuento. Los peñistas salieron a morder la buena circulación de pelota que caracteriza al Formentera de Tito García Sanjuán.

Eran dos propuestas bien diferentes para encaramarse a los puestos de podio de la Tercera balear y disputarle el campeonato al Poblense, que con este empate se aleja aún más en la tabla. Por un lado, una Peña generosa en el esfuerzo, con el exformenterense Winde ejerciendo de azote en el pressing a la salida de balón rival. El senegalés fue un correcaminos que no dejó de hostigar al equipo que le trajo al fútbol pitiuso hace más de un lustro. Ese agobio condicionó el juego de un Formentera que no se encontró cómodo en el Municipal de Santa Eulària, pese a contar con un centenar de aficionados en las gradas.

Sin embargo, la ocasión más clara de la primera mitad se registro en la portería del equipo ibicenco. El visitante Goku golpeó de volea a 25 metros de Torres, que vio a su larguero escupir un disparo con números para haberse convertido en el gol del curso. Un barullo en el área visitante, donde Pau Pomar remató varias veces contra el cuerpo de Marcos Contreras fue la opción más interesante de los locales, que apretaban pero no creaban en la zona de tres cuartos.

No había opción de mantener la intensidad en el pressing tras el paso por vestuarios, pero los pupilos de Dani Mori supieron sacarle partido al asunto. El Formentera se vino arriba y Terán, uno de los cuatro antiguos futbolistas del cuadro rojillo que saltaron al verde con la camiseta blanquinegra de la Peña, empezó a hacer diabluras en la mediapunta. El ‘7’ estaba enchufadísimo. Lo sufrían los defensas de un Formentera incomprensiblemente vestido con el azul de su segunda equipación. Un zig zag en el área de Terán acabó en penalti y el penalti, en otra flecha más disparada por el arco de un Piquero que no se puso nervioso en la ejecución y sumó su sexto tanto del año (minuto 69).

El sevillano Cristian Terán no tenía suficiente. Estrelló una falta en la madera y, poco después, estaba a punto de marcarle al que fue su club hasta hace unos meses cuando, salvando la salida de Conteras en una internada por el costado zurdo, su disparo se marchó rozando el palo largo. Cuando Dani Mori lo sustituyó, el público santaeulaliense le aplaudió con ganas. También se llevó tímidos aplausos de la hinchada visitante, que no perdonó a Winde, tantas veces ovacionado en Sant Francesc antes de que decidiera cambiar a Elcacho por Ormaechea y cruzar es Freus, minutos antes, silbándolo por el juego duro del delantero.

Cuando se produjeron esos cambios, pocos daban crédito al empate del Formentera. Pero en los últimos minutos, los visitantes se fueron estirando como un chicle gracias a las apariciones (por las bandas derecha e izquierda) de Águs Ojeda, un extremo reconvertido en lateral. Así se forzaron varios saques de esquina, los dos últimos enlazados. En el primero, los pies de Torres despejaron el remate formenterense. En el segundo, Adrian Bojan remató a gol.

Muchos aficionados y buena parte del banquillo peñista hicieron suyo el enfado de su portero. Según Torres, varios rivales habían obstaculizado su salida. Las protestas fueron inevitables. El colegiado expulsó tanto al capitán Raúl Gómez como al cancerbero. Algunos hinchas no supieron controlar su frustración y despidieron al trío arbitral con insultos, mientras los operarios del club sacaban al césped el túnel metálico que da acceso al vestuario del campo municipal. La alegría se había transformado en chasco en lo que duran un par de córners.

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