No todos los regresos son felices, y el del Class Bàsquet Sant Antoni a su remozado pabellón de Sa Pedrera acabó con un trago amargo. La expectación era máxima: casi un millar de aficionados abarrotaron las gradas para dar la bienvenida al equipo tras meses de obras, con la ilusión de firmar una victoria que consolidara el buen arranque de temporada. Pero el CE Bàsquet Llíria, sin complejos y con una muñeca calibrada desde el triple, aguó la celebración con un 90-93 que dejó helado al público ibicenco.
El marcador final no refleja del todo el desarrollo de un partido que los valencianos dominaron con mano firme durante tres cuartos, llegando a ir 17 puntos arriba. La escuadra de Berrocal, que había coqueteado con el desastre en jornadas anteriores, terminó pagando su falta de contundencia en defensa y su errático inicio. Esta vez, el milagro no llegó.
Los visitantes arrancaron con decisión, imponiendo su ritmo desde el primer salto. Un triple de Herrera y una rápida canasta de Kandulu silenciaron de golpe la efervescencia de Sa Pedrera, que había arrancado con alma de celebración. El Sant Antoni, nervioso y precipitado, parecía superado por la carga emocional del momento. Gantt reactivó al equipo con un triple que puso el 9-8, pero la alegría fue efímera. Llíria castigó con dureza cada concesión desde el perímetro, llevándose el primer parcial con autoridad (16-24).
El guion no cambió en el segundo cuarto. El acierto exterior de los visitantes fue sencillamente demoledor. Herrera, Pérez, Gallego… cada lanzamiento era una daga en el corazón de un Sant Antoni que no encontraba ni defensa ni ritmo. La diferencia se disparó hasta los 17 puntos, y solo un triple imposible desde media pista de Blat en el último suspiro del segundo cuarto (36-50) encendió mínimamente el ánimo del público, que necesitaba un motivo para creer.
Pero lejos de aparecer la reacción en la reanudación, el Llíria pisó el acelerador con un Diego Rivas colosal. El escolta valenciano fue una pesadilla para la defensa ibicenca, castigando desde todas las posiciones. Con otro triple suyo, el marcador se fue a un inquietante 56-75. Aunque Stoilov intentaba levantar al equipo con su potencia en la pintura y liderazgo emocional (acabó con 25 puntos y 9 rebotes), la remontada aún parecía una quimera.
Y, sin embargo, el baloncesto tiene sus caprichos. En el último cuarto, espoleado por un público entregado y una defensa más agresiva, el Class Sant Antoni encadenó un 12-0 que encendió Sa Pedrera como en las grandes noches. El 71-75 abría una ventana de esperanza y los minutos finales se convirtieron en un alambre de nervios. A 17 segundos del final, un 2+1 de Stoilov puso el marcador en 88-89. El desenlace fue un pulso de emociones: cada ataque, una final; cada decisión, una moneda al aire. Esta vez, cayó del lado del Llíria.
El 90-93 final dejó un sabor agridulce en Sant Antoni. No se cuestiona el carácter ni el alma del equipo, que vendió cara su derrota. Pero sí queda el aviso: jugar con fuego tiene sus riesgos, y esta vez el castigo fue real. El equipo suma ahora cuatro victorias y dos derrotas, y aunque el camino es largo, esta caída en casa debe servir como punto de inflexión.
Sa Pedrera volvió a la vida con una noche intensa, pero los tres puntos viajaron a tierras valencianas. La fiesta continúa, aunque habrá que esperar para que el brindis sea completo.
Ficha técnica:
Class Básquet Sant Antoni (16+20+23+31), 90: G. Gantt (15), K. Johnson (11), D. De la Rúa (9), R. Gómez (9) y E. Stoilov (25) -equipo inicial-. G. Blat (9), J. Rodriguez, S. Paz (5), N. Zizic (6), J. Solarin (1) e I. Ruiz.
CE Bàsquet Llíria (24+26+25+18), 93: K. Osariemen (2), . D. Kandulu (4), E. Herrera (14), A. Meana (11) y S. Gallego (6) -equipo inicial-. D. Rivas (22), J. Palamós, A. Rivas (14), V. Pérez (14), y M. Enabulele (6).
Árbitros: Josep Lluís Presseguer Bombardó y Miguel Hurtado Ruiz. Eliminaron, por cinco faltas personales, al visitante M. Enabulele.
Incidencias: Partido correspondiente a la sexta jornada del Grupo Este de la Segunda FEB, disputado en el Pabellón de Sa Pedrera. Antes de comenzar el encuentro se guardó un minuto de silencio por Vicent Arabí, fallecido hace tres meses.
