Moussa, el día de su presentación con el Guadalajara.

El exjugador de la UD Ibiza Moussa ha acaparado hoy, víspera del día de Reyes, muchos de los titulares de los medios de comunicación de información general y deportiva del país, que se han hecho eco de la denuncia que ha hecho pública el de Bamako a través de su cuenta de Twitter y en la que explica la pesadilla que está pasando en el equipo castellamanchego. El extremo, que tiene ofertas en firme en el mercado de invierno, entre las que destaca una del Algeciras, quiere salir del equipo morado porque no cobra desde el mes de octubre, pero los responsables de su club se niegan a darle la baja. Moussa manifiesta encontrarse en una situación crítica, en la que “no tiene para comer” y ha pedido ayuda en la red social tanto a la RFEF y la AFE. Este escrito se ha hecho viral y está corriendo como la pólvora desde la pasada noche.

El jugador comenta que sus padres, que viven en España, no le pueden enviar dinero todos los meses debido a su situación familiar y desde el Guadalajara le obligan a seguir entrenando y jugando porque tiene contrato en vigor. Moussa sostiene en su denuncia que el presidente de la entidad, Germán Retuerta y el entrenador le han dicho que pida ayuda a sus amigos para salir adelante. El futbolista africano relata, asimismo, que está viviendo un auténtico drama personal en el equipo que dirige Carlos Pérez y que está dispuesto a perdonar la deuda con tal de que le den la baja para poder buscarse la vida en otro conjunto. “Me apasiona el fútbol y me encantaría seguir jugando. Estoy dispuesto a perdonar lo que me deben y olvidar de una vez esta pesadilla. Tengo clubes interesados en mí que pueden darme una estabilidad económica para poder seguir disfrutando de este deporte, además de no ser un gasto para mis padres”, sostiene el mediocampista africano.

“Solicito públicamente al Deportivo Guadalajara mi libertad, así como la intervención de la RFEF y AFE. Además de no pagar mi salario quieren impedir que juegue más al fútbol, así será y me marcharé con orgullo a casa a cuidar de mis hermanos, así al menos mis padres tendrán un gasto menos y seré feliz junto a los que me quieren”, agrega Moussa en su comunicado, donde también puede leerse la terrible solución a su problema: “Me siento un esclavo y quizás muriendo de hambre puede que me dejen libre”.

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