Por Raúl Medrano

Hace ahora una década, la temporada 2010-11, la Peña Deportiva tuvo el honor ser el mejor equipo de las Pitiusas gracias a su discreta sexta posición en el grupo balear de Tercera, alejado de las posiciones de play-off. Tan solo el Sant Rafel, octavo aquel año, le acompañaba en categoría nacional. Más arriba, la nada. Más abajo, un solar. El solar de la Interpueblos.

No hace falta irse tan lejos. Hace tan solo un lustro, en la 2015-2016, solamente la irrupción del Formentera, que acabó segundo aquella temporada, ampliaba a tres la nómina de equipos pitiusos en el Grupo XI de Tercera. Aquel año, por ejemplo, se estrenaba, sin poder aspirar al ascenso por reglamentación, la UD Ibiza (por aquel entonces roja) en Regional.

Si en aquellas épocas oscuras, una máquina del tiempo hubiera trasladado al siempre sufrido amante del deporte rey pitiuso al próximo agosto, nuestro Marty MacFly particular hubiera sufrido un colapso, un síndrome de Stendhal deportivo.

De entrada, se hubiera encontrado una pirámide de categorías diferente. Una reestructuración que ha acabado con la Segunda B y la Tercera que conocíamos y que nos ha traído a nuestras vidas las 1ª RFEF, 2ª RFEF y 3ª RFEF que ya amamos y odiamos por igual. Si hay que llamarlas “fef”, “ref”, “errefef”o “Federación” ya lo dejamos al gusto del consumidor.

Pero lo que le provocaría taquicardias a nuestro amado aficionado sería la cantidad de topónimos pitiusos que encontraría entre esas categorías nacionales. Ni más ni menos que ocho. Ocho apellidos pitiusos.

El gran cambio, sin duda, llegará con la UD Ibiza. El meteórico ascenso del club de Amadeo Salvo, de Regional a Liga Smartbank, traerá a nuestras vidas el fútbol profesional y, con él, aterrizarán en nuestro imaginario aspectos del fútbol que antes nos eran ajenos. La televisión de pago, el VAR,  la Quiniela, las camisetas réplicas calidad Thai, los partidos un viernes o un lunes, los carruseles nacionales, los fichajes millonarios… Y también los problemas con las instalaciones…

La Santander y la Smartbank, bajo el abrigo de Tebas y su LFP, no se tocan. Es más abajo donde ha llegado la revolución, de la mano de la RFEF y Luis Rubiales. La gran novedad es la creación de la 1ª RFEF, la nueva categoría de bronce española. 40 equipos, los 40 elegidos de la extinta Segunda B, disputarán una liga que tenía que ser profesional pero al final ha quedado en ese limbo llamado “semi-profesional”. Cuatro equipos ascenderán a Smartbank (los campeones de cada uno de los dos grupos y dos más tras un play-off) y diez, sí, diez, caerán a 2ª RFEF. En esta 1ª RFF (la mal llamada “Pro” hasta ahora) será la única de las cinco categorías nacionales en el que no habrá ningún bloque pitiuso. El Atlético Baleares será la nota balear en la liga.

La supremacía de nuestras islas llega en 2ª RFEF, muy similar a la antigua Segunda B en cuanto a formato, pero que pasa a ser el cuarto escalón. Ahí habrá ni más ni menos que tres clubs pitiusos. La Peña Deportiva, que consiguió como mal menor la “permanencia” en esta 2ª, y los ascendidos CD Ibiza y Formentera. A ellos, los acompañará el Andratx como representantes baleares.

La 2ª RFEF la formarán 90 equipos, divididos en 5 grupos de 18. Es de suponer que los 4 equipos baleares caigan en el mismo grupo, probablemente contra rivales catalanes y valencianos, aunque todavía está por decidir y podría haber sorpresas. Será una categoría extraña, en la que convivirán pesos pesados del balompié español como Numancia, Hércules, Lleida, Mérida o Córdoba con clubes muy humildes, como el Marchamalo, el Brea, el Atlético Pulpileño, el Montijo, el Cerdanyola del Vallès o la niñita de los ojos de muchos, el Panaderías Pulido grancanario.

En esta 2ª RFEF, se repartirán 10 ascensos a 1ª RFEF. Los cinco campeones de cada uno de los cinco grupos ascienden directamente, y cinco más lo harán tras un play-off que disputarán los clasificados del 2º al 5º de cada grupo. Por otro lado, huir de la quema para los nuestros no será fácil. Descienden a 3ª RFEF nada más y nada menos que 27 equipos. Los cinco últimos de cada grupo y dos más extra tras un play-out entre los clasificados en 13ª posición. Casi nada.

Y aspirando a subir a 2ª RFEF quedan todavía cuatro equipos pitiusos más, en la nueva 3ª RFEF que ahora será la quinta categoría del fútbol español. Allí, nos representarán el Sant Jordi, el Portmany, el Sant Rafel y el recién llegado Inter Ibiza. Jugarán una liga de 3ª reducida a 18 equipos (por los 22 de este año), en la que les acompañarán 13 clubes mallorquines y el Mercadal menorquín. Tan sólo los 18 campeones de los 18 grupos, y 9 equipos más de un play-off entre los clasificados del 2º al 5º de cada grupo ascenderán a 2ª. Y allí estarán rivales potentes como el Mallorca B, el Poblense, el Constància o el Platges de Calvià plantando cara a los nuestros.

En definitiva, y una vez que nuestro querido aficionado viajante temporal se recuperara del stendhalazo, se santiguaría y agradecería a los dioses del fútbol el nuevo panorama. De hecho, sirva de ejemplo un dato, como mínimo, curioso. Entre las cuatro primeras categorías del fútbol estatal, de Liga Santander a 2ª RFEF, encontraremos la 2021-22 más equipos pitiusos (cuatro) que de Mallorca y Menorca juntas (tres). Increíble, pero cierto.

Es el momento de disfrutar. Tras décadas de crujir de dientes, decepciones e ilusiones rotas, ahora es nuestro momento. La maldición que parecía perseguir a nuestro fútbol parece haber tocado a su fin. Que dure.

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