¡Un domingo de pelota: Fiesta futbolera del Portmany con sabor a historia!

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Un momento de la presentación (Foto: SD Portmany).

En una mañana que prometía más regates que un partido de Messi, el Portmany convirtió el campo municipal de Sant Antoni en el epicentro futbolero de este domingo. A las 10:00 en punto, cuando el sol empezaba a calentar el césped, la fiesta arrancó con una convocatoria que prometía goles, risas y mucha magia balompédica.

Como si se tratase de un desfile de estrellas en la gala del Balón de Oro, uno tras otro, los equipos del Portmany hicieron su entrada triunfal. Desde los peques de la escuela de fútbol, que con apenas 4 y 5 años ya sueñan con ser los próximos Xavi o Iniesta, hasta los guerreros de la Tercera RFEF, patrocinados por Ibiza Travel, que se presentaron con esa mezcla de humildad y orgullo que solo se encuentra en los campos de fútbol de barrio.

Con más de 100 años de historia, la entidad ha visto pasar generaciones de futbolistas que han crecido entre sus líneas de cal. Este año, la familia del Portmany se ha superado con 422 licencias federativas. ¡Sí, has leído bien! 374 jugadores dispuestos a dejar la piel en el campo y 48 almas del cuerpo técnico, entre entrenadores, fisioterapeutas y esos héroes sin capa que se aseguran de que no falte ni un balón.

La diversidad es tal, que hablar del Portmany es hablar de un universo futbolístico en miniatura: 19 equipos repartidos en todas las categorías imaginables, desde los prebenjamines, pasando por los benjamines, alevines, infantiles, cadetes, hasta llegar a los juveniles y el equipo de Tercera RFEF. Un verdadero ejército de pequeños y no tan pequeños futbolistas dispuestos a defender el escudo de su club con uñas y dientes.

Y como en toda buena fiesta futbolera, no faltaron agradecimientos. El club quiso tirar de emotividad para reconocer el apoyo incondicional de la afición, ese pilar fundamental que con su energía empuja al equipo en cada partido. También hubo un aplauso especial para patrocinadores, cuerpos técnicos y delegados, y un reconocimiento a esas almas caritativas, muchas de ellas voluntarias, que temporada tras temporada dedican su tiempo y esfuerzo para que el Portmany no solo sea un club de fútbol, sino una verdadera familia.

Así que ya lo sabes, si este domingo te levantaste con ganas de futbol, emoción y una buena dosis de historia deportiva, el campo municipal de Sant Antoni fue, sin duda, tu lugar en el mundo. Porque en el Portmany, el fútbol es mucho más que un juego; es pasión, es tradición, es futuro. ¡Y que ruede el balón!

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