Sergio ‘El Kaiser’, el gladiador de Ibiza, conquista el ring con garra y se corona en una noche épica de boxeo

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Un instante del combate celebrado este sábado en el Polideportivo de Sa Blanca Dona (Fotos: Paco Natera).

En una noche donde los guantes hablaron más fuerte que las palabras, Sergio “El Kaiser” se llevó la gloria entre los aplausos y vítores de la tribu del boxeo. Saltando al ring con la garra de quien se sabe en casa, vestido con la camiseta de la UD Ibiza, este púgil asturiano, que ha hecho de la isla su ring particular, se metió al bolsillo a la afición desde el primer campanazo.

La cita era en el Polideportivo de Sa Blanca Dona, un coliseo que se transformó en una caldera a punto de ebullición, gracias a la velada Ibiza Fight Challenge. Con 13 combates amateur calentando el ambiente, la noche prometía emociones fuertes, pero fue el enfrentamiento profesional de nuestro Kaiser contra Jesús Lobeto, otro guerrero de pura cepa asturiana, el que robó el show.

Durante seis asaltos, de tres minutos cada uno, Sergio mostró de qué está hecho, peleando con el corazón y las manos, demostrando esa mezcla única de técnica y pasión que solo los grandes del cuadrilátero poseen. No fue un camino de rosas, claro. Lobeto no se dejó intimidar y plantó cara, demostrando que en Asturias se forjan boxeadores de hierro. Pero al final, la noche tenía un solo nombre destinado a brillar: El Kaiser.

Con las gradas repletas hasta la bandera, no faltaron los políticos y los capos de la federación balear de boxeo, todos queriendo ser parte de la historia. Y vaya si lo fue. El ambiente, festivo y cargado de adrenalina, fue el mejor testigo de una pelea que ya se inscribe en las páginas doradas del boxeo ibicenco.

Al final, con la humildad de los grandes, Sergio agradeció al público de Ibiza, esa marea humana que lo ha adoptado como uno de los suyos. Su victoria a los puntos no fue solo suya, sino también de esa isla que vibra al compás de los golpes y las campanadas del ring.

Así que ya sabes, cuando El Kaiser pisa el cuadrilátero, es mejor que no parpadees. Porque en el boxeo, como en la vida, los grandes momentos suelen pasar en un abrir y cerrar de ojos. ¡Y vaya si este fue uno para recordar!

Los dos boxeadores posan juntos después de un emocionante combate.

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